Niña de ocho años construye un calentador solar en Chiapas

nina calentador solar 05032018ej 04CIUDAD DE MÉXICO.- Se llama Xóchitl Guadalupe, tiene ocho años, es originaria de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y cursa el tercer grado de primaria, pero a su cortísima edad construyó un calentador solar de agua para su casa, y debido a sus aptitudes sobresalientes recibió un reconocimiento del Instituto del Instituto de Ciencias Nucleares (IIC) de la UNAM.

Ella, al igual que Raúl, Gael, Iván y Miranda, de 11, 13, 17 y 18 años de edad, respectivamente, forman parte del amplísimo grupo de niños y jóvenes destacados del Programa Adopte un Talento (PAUTA), desarrollado por científicos y educadores de la Universidad Nacional, que apoya a menores de edad con capacidades notables para la ciencia.

En conferencia de prensa, Xóchitl Guadalupe Cruz López dijo que el proyecto del calentador solar de agua lo construyó con materiales reciclados de bajo costo, aprovechando la luz solar, para ayudar al medio ambiente, y sobre todo a las personas de escasos recursos, porque en las grandes tiendas cuestan caros.

“Si las personas no pueden comprar esos calentadores, yo me preguntaba si podía hacer un calentador sin dañar el medio ambiente y conseguir los materiales de bajo costo, entonces si fui pensando eso y tengo el calentador para las personas de bajos recursos”, compartió la pequeña en el Instituto de Ciencias Nucleares.

Señaló que “en San Cristóbal la mayor parte del año es muy frío, entonces si las personas se bañan con agua fría se pueden enfermar de las vías respiratorias y tener que asistir constantemente al médico”.

Raúl Alejandro Segura Hernández cursa sexto de primaria, no le gusta el futbol, vive en la Delegación Tlalpan y desde hace cuatro años participa en PAUTA. Todavía no decide qué va a estudiar, pero se inclina por las ciencias y las matemáticas.

Su proyecto “Telaraña antioxidante, sistema para atrapar radicales libres” empezó porque se dio cuenta, luego de mucha observación e investigación, de que los radicales libres hacen envejecer a las personas, aceleraran la oxidación del ADN y provocan enfermedades como el cáncer y el Parkinson.

“Si desarrollaba un antioxidante, parte de mi proyecto era incitar a la gente a consumir comidas con antioxidantes para prevenir las enfermedades de ese tipo, y durante mi proyecto hice muchos antioxidantes, diseñé muchas moléculas; mi trabajo era teórico, y de entre todas las moléculas me quedé con una a la que llamé telaraña, porque eso parecía”, detalló.

Consideró que en el programa PAUTA se tiene la oportunidad de conocer gente con tus mismos intereses que te da las herramientas para llevar a cabo tus ideas.

Gael Osollo Anario, de 13 años de edad, cursa segundo de secundaria y creó un filtro de agua. Va por su tercer año en el Programa Adopte un Talento.

“La primera problemática que vi en mi comunidad es la falta del agua para el consumo humano, para regar, o hacer los quehaceres del hogar. Me di a la tarea de purificar el agua de lluvia para el consumo humano”, mediante materiales naturales y de bajo costo “para que no afecte nuestro bolsillo y tenga un impacto social importante en las comunidades.
“Hice un purificador con un filtro de café, carbón activado, gravilla, tezontle, entre otros materiales, con estos materiales hice un almacenador de agua, que tenía una llave de paso que llegaba al filtro y el filtro tenía un sistema de riego complementario para cualquier tipo de planta”, expuso.

Iván Yair Díaz Reyes, va en prepa, vive en la delegación Tlalpan y convive con una persona que padece Parkinson, lo que lo llevó a desarrollar, gracias a PAUTA, un dispositivo de estimulación transcraneal para, hipotéticamente, aplicarlo a personas con esa enfermedad.

El dispositivo consiste en una especie de diadema en la cabeza, que se ubica en puntos específicos del cerebro, la cual manda ondas oscilatorias y puede tratar los síntomas motores del Parkinson, relató el joven de 18 años, y dijo que todavía no se ha podido probar si funciona o no, debido a falta de tiempo y de recursos económicos.

Pero mientras se concreta ese proyecto, ya tiene en mente otro: diseñar una molécula y aplicarla a la esquizofrenia.

El proyecto de Miranda Ibarlucea Guerrero, quien vive por Tacuba, consiste en un guante para los temblores que ayudarían a las personas que tienen el mal del Parkinson, enfermedad que tuvo su abuelo, quien murió a los 98 años.

“El hecho de que dos de cinco personas que están aquí tengan un pariente con Parkinson es realmente alarmante”, dijo la jovencita, quien lleva siete años en el Programa PAUTA.

El director del Instituto de Ciencias Nucleares, Miguel Alcubierre, recordó que el programa PAUTA inició operaciones en 2007 como un proyecto de esta entidad universitaria al que se unieron la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, el Instituto de Biotecnología y otras dependencias de la UNAM de otras instituciones.

 

Agregó que desde sus origines PAUTA ha beneficiado y dado seguimiento en cuatro estados de la República a más de 10 mil niños y niñas, que han desarrollado más de mil 300 proyectos con impacto social en sus comunidades, quienes cuentan con la asesoría de casi 400 científicos de diversas instituciones, los cuales fungen como mentores.

La estrategia de PAUTA es brindar acompañamiento y guiar a los pequeños desde el jardín de niños hasta el bachillerato para desarrollar sus habilidades científicas, expuso.

NTX/BCG/MCC/CLIMA/NALES/ECO/EJ