Última llamada para el TLC

Fue Donald Trump quien desde su campaña presidencial empezó a combatir al TLC cuando antes ningún otro dirigente político de nivel se había pronunciado contra el acuerdo comercial.

La campaña de Trump surtió efecto en el electorado estadounidense, en especial en el sector obrero, porque según los virulentos ataques del ahora inquilino de la Casa Blanca ha sido el más afectado por la pérdida de empleos.

A sus reclamos por el tratado trilateral, el magnate neoyorquino le añade -cuantas veces puede- el ingrediente racista lo que es recibido con especial agrado por la población supremacista yanqui que desgraciadamente abunda en territorio norteamericano.

El TLC fue para México una bendición en materia de empleo y de exportaciones en el sector industrial y agropecuario.

En el 2016 el superávit comercial de México con Estados Unidos fue de 60 mil millones de dólares. Los datos de 2017 todavía no se han revelado, sin embargo, al mes de septiembre el superávit de México escaló un 11.7% para situarse en 47 mil 388 millones de dólares.

México es el cuarto país con mayor superávit comercial con Estados Unidos, el primero es China con un superávit impresionante superior a los 360 mil millones de dólares, le sigue Alemania con 75 mil millones y luego Japón con 67 mil millones de dólares.

Llama la atención que Trump haya escogido a México como el primer blanco de sus amargas protestas cuando debería ser China su primer enemigo en materia de balanza comercial.

Lo que no toma en cuenta el dirigente norteamericano es que México también sufrió amargamente los efectos del Tratado de Libre Comercio, especialmente en el ámbito del cultivo de granos básicos por la eliminación de los aranceles en las importaciones a México.

De un día para otro varias decenas de miles de jornaleros y ejidatarios mexicanos se quedaron sin trabajo al dejar de ser competitivos. Las corporaciones agropecuarias estadounidenses siembran enormes extensiones a bajos costos y con alta tecnología, lo que les permitió inundar México de productos básicos como el trigo, maíz y arroz, además de leche, huevo y carne.

Una buena razón de la avalancha de indocumentados de México al vecino país durante los años noventa y principios del siglo XXI, se debió a la búsqueda de nuevas oportunidades por parte de los jornaleros al quedarse sin oficio.

Otro aspecto ignorado por el belicoso de Trump es que infinidad de corporativos norteamericanos lograron sobrevivir gracias al Tratado de Libre Comercio. Las automotrices se dieron vuelo abriendo plantas en México ante la fuerte competencia de las compañías japonesas, coreanas y las europeas.

No fue una concesión gratuita para México, sino cuestión de vida y muerte. Ford, Chrysler y General Motors seguramente ya no existirían de no ser porque voltearon a México y a Canadá para invertir en plantas de producción más eficientes y rentables. No hay que olvidar que las mafias sindicales de Detroit mantuvieron a las armadoras ahogadas durante décadas.

Hay incertidumbre ante lo que pasará a partir de hoy en Canadá, lo peor sería que Estados Unidos decida levantarse de la mesa y dar por terminado al Tratado de Libre Comercio. Las consecuencias serían terribles para México, pero sería mejor una definición a tanta vacilación.

La segunda opción, quizás la más sensata y congruente, será que las negociaciones se suspendan para reanudarse después de las elecciones presidenciales en México, así habría tiempo para que la tormenta amaine y se encuentren soluciones mejor pensadas y negociadas. Habrá que esperar, pues, lo que sucederá hoy y hasta el domingo 28 en Montreal, Canadá.

Noticias, noticias…
A propósito, están listos los preparativos para la Cumbre Sonora 2018, en su séptima edición, que se llevará a cabo en Hermosillo del 14 al 15 de febrero. El tema será el futuro de las relaciones comerciales de México con el mundo y entre los ponentes destacan el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo; y Luis Rubio, presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, entre otros… En la recta final las negociaciones en el tricolor están que arden para encontrar la mejor fórmula para el Senado de la República: ¿Será “Toño” Astiazarán y Sylvana Beltrones? ¿O acaso “Pano” Salido y Rogelio Díaz Brown? Por el PAN la carta de Ramón Corral es sólida y no será fácil ganarle.