Caravana dispara tensiones

Un tanto mermada y sin el impacto que muchos esperaban, la caravana de migrantes llegó el pasado fin de semana a la frontera de Tijuana con San Diego, California, luego de más de un mes de travesía por el territorio mexicano.

De unas mil 200 personas que iniciaron el llamado “vía crucis del migrante” en la frontera con Guatemala, arribaron a Baja California en los últimos días alrededor de 350 centroamericanos, entre niños, madres, jóvenes y adultos que escapan de la violencia y la inseguridad de sus países.

Aproximadamente 400 mil inmigrantes cruzan cada año por México con la esperanza de llegar a Estados Unidos y cumplir el ansiado “sueño americano”.

Sin embargo, este año la caravana cobró especial notoriedad porque fue duramente criticada por el presidente Donald Trump, quien además la utilizó de pretexto para anunciar el envío de efectivos de la Guardia Civil a la línea divisoria con México.

La mayoría de los peregrinos proceden de Honduras en donde se han agudizado las tensiones por la actividad de las mafias del crimen organizado.

El gobierno de Estados Unidos recibió las primeras solicitudes de asilo por parte de los migrantes, pero advirtió que no podrá atender todas las demandas por la falta de capacidad y de personal.

Es muy probable -tal como ocurrió con la llegada masiva de haitianos y africanos hace poco más de un año- que unos cuantos niños y mujeres sean recibidos en territorio norteamericano para procesar una visa humanitaria temporal o permanente.

Esto es independiente a los rezongos y protestas de Trump porque a final de cuentas el Gobierno norteamericano cuenta con sus leyes y reglamentos migratorios que no pueden ser objetados de un día para otro.

Trump lanzó presiones por todos lados para impedir que la caravana llegase a su destino, inclusive imploró al gobierno mexicano su intervención bajo la amenaza de suspender las negociaciones del tratado de libre comercio.

El arribo de los migrantes fue reportado ampliamente por los medios locales y nacionales de Estados Unidos, rotativos como The New York Times publicaron ayer fotos y notas destacadas en sus primeras planas.

Lo mismo sucedió en los noticieros nacionales de televisión lo que seguramente enfureció todavía más a Trump, quien por cierto hizo hasta lo imposible por boicotear la cena anual de corresponsales en Washington a la que no asistió por segundo año consecutivo.

El vicepresidente Mike Pence, prácticamente coincidió ayer con la caravana de migrantes al visitar la frontera de California con México, sólo que el alto funcionario estuvo en Calexico a unos 200 kilómetros de San Diego.

Lo que sí ha preocupado a líderes de ambos lados de la frontera fue la acción de decenas de inmigrantes que se subieron a la barda metálica de Playas de Tijuana en un claro desafío a las autoridades migratorias del vecino país.

Para los californianos estás manifestaciones no son nuevas y están acostumbrados a vivir incluso con las tensiones propias de la frontera que a lo largo de las últimas décadas ha provocado la muerte de varios miles de inmigrantes.

Algunos de ellos producto de las condiciones climatológicas y otros más por las agresiones de los agentes migratorios y de las bandas del narcotráfico.

Por ello, en estos momentos, cuando los ánimos están caldeados y tenemos a un presidente iracundo al otro lado de la frontera, resulta muy peligroso incitar a los agentes fronterizos o bien a grupos extremistas a realizar una embestida de consecuencias trágicas e irreversibles.

Las autoridades mexicanas están obligadas a actuar y a exigir prudencia a estos inmigrantes para que no pongan en riesgo su vida y menos cuando podrían estar cerca de cumplir su sueño.

Triste deceso
Gran pesar en la sociedad hermosillense dejó el inesperado fallecimiento de Lupita Gutiérrez de Contreras, una joven mujer de grandes virtudes y quien había formado una bella familia al lado de su esposo Luis Jorge Contreras Landgrave. Enviamos nuestras más sinceras condolencias a las familias Contreras Gutiérrez y Gutiérrez Mazón, y muy especialmente para José Santos y Kitty de Gutiérrez, padres de Lupita y entrañables amigos. Que Dios conceda el descanso eterno a Lupita y les brinde paz y consuelo a sus seres queridos.

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