Exhibe AMLO su rencor

Andrés Manuel López Obrador ha empezado a cometer serios errores en cuanto a sus declaraciones y posicionamientos políticos, tal como ocurrió en la recta final de las pasadas campañas presidenciales.

La gran diferencia ahora es que ni los medios de comunicación ni los sectores económicos como tampoco los electores, parecen estar muy interesados en destacar sus pifias que no han sido poca cosa.

La última se refiere a su postura visceral y desenfrenada en contra del sector empresarial al que acusó de todos los males del país.

Al referirse a la clase empresarial nacional sostuvo que “yo lo que pienso es que le han hecho mucho daño al país, porque ellos son responsables de la tragedia nacional".

Sin rodeos añadió: "Para ser claro, no quieren dejar de robar y no quieren perder el privilegio de mandar. No sólo es hacer negocio sino es que se sienten los dueños de México, tienen confiscadas las instituciones, tienen secuestrado al gobierno".

La controversia entre empresarios y AMLO se desató a raíz de los encuentros entre el sector privado y los aspirantes presidenciales donde se deslizó una posible alianza entre PRI y PAN para apoyar al candidato de “Por México al Frente”, Ricardo Anaya Cortés.

Pero, repetimos la respuesta de los agredidos y de los medios de comunicación nacional, ha sido tibia y desarticulada.

En el programa “Tercer Grado” de Televisa, en donde participan periodistas de reconocido prestigio y trayectoria, López Obrador salió airoso por no decir triunfante a pesar de haber echado pestes del sector privado y de sus líderes.

Ayer los más importantes organismos del gremio empresarial publicaron un desplegado de cuatro páginas en los principales periódicos de la Ciudad de México.

Pero cometieron dos graves omisiones que francamente resultan incomprensibles.

No incluyeron los nombres de los dirigentes de las cámaras y centros empresariales firmantes lo que resta contundencia e incluso credibilidad al extenso desplegado en donde predominan los logotipos del Centro Coordinador Empresarial (CCE), Coparmex y Canaco.

La segunda omisión fue ignorar a López Obrador y sus amargas declaraciones en contra del sector privado. Si el propósito era censurar los ataques de AMLO y destacar los valores del empresariado mexicano, ¿por qué obviar al ahora principal enemigo de la libre empresa?

Pareciera que algunos sectores de la sociedad mexicana ven como una irremediable realidad la llegada de López Obrador al poder y prefieren granjear sus simpatías antes que enfrentar sus virulentas posturas.

Es evidente que las críticas contra empresarios del candidato de la coalición “Juntos haremos historia” son recibidas con simpatía en las clases populares, especialmente aquellas que viven en la miseria y no han visto mejoría en los últimos sexenios.

Pero de nada servirán tales linchamientos públicos cuando sabemos que la pobreza no es culpa de los empresarios y que tampoco el país saldrá del hoyo si le expropian la riqueza a los que más tienen para repartirla a los más desprotegidos.

Ya lo vivimos en los años 70 y 80 con los presidentes Luis Echeverría y José López Portillo. El primero expropió tierras y empresas al por mayor mientras que el segundo nacionalizó la banca privada que por décadas había sino sinónimo de solidez y eficiencia.

Los efectos fueron patéticos: México vivió cerca de veinte años de devaluaciones, crecimiento nulo, alta inflación y desempleo crónico. Algunos de los acciones de esos gobiernos todavía se sufren como por ejemplo la improductividad del campo mexicano. 

Está comprobado que las políticas populistas y socialistas no funcionan a largo plazo, ahí tenemos los casos nefastos de Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, entre otras naciones latinoamericanas.

En México, pues, el problema no son los ricos ni la concentración de la economía en pocas manos, ojalá tuviéramos más empresarios exitosos como Carlos Slim y el recién fallecido Lorenzo Servitje.

El problema es la educación, la impunidad, la corrupción política y un sistema económico y fiscal que no estimula la creación de empresas y empleos. Sin olvidar el clima de inseguridad y violencia que sufre prácticamente todo el país.

Por ello habrá que decirle en su cara a López Obrador, cuantas veces sea posible de aquí al primero de julio, que está equivocado en sus percepciones y que sus arengas solo promueven el odio y la división entre los mexicanos.

¿Queremos a un presidente resentido y rencoroso contra la iniciativa privada? ¿Los mexicanos aguantarían otro docena trágica como la que vivimos de 1970 a 1982?

Noticia final…
Nuestras condolencias a los familiares del colega Feliciano Guirado Méndez, periodista de larga trayectoria en Sonora y especialmente en Navojoa donde fundó el semanario Nuevo Sonora. Cada jueves recibíamos puntualmente su columna Marginal, la última la dedicó a la estrategia jurídica de la gobernadora Claudia Pavlovich para recuperar los desfalcos de políticos así como a comentar los avances de la campaña del candidato al Senado, Antonio “Toño” Astiazarán. Descanse en paz.

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