Hay de periodistas a periodistas

Personas que respeto, algunas de ellas entrañables, me han preguntado por qué no creo en el llamado gremio periodístico.

Lo que ayer publiqué aquí es una apreciación personal sobre un ámbito en el que abunda la práctica del periodismo extorsionador, oportunista, traficante de placas, licencias de alcohol y casas de interés social o departamentos de lujo, con el que no puedo sentir identificación gremial.

Tampoco me solidarizo con los propagandistas del poder, los serviles, los expertos en arteros ataques personales, los calumniadores dedicados a linchar.

Desde luego que no es, de manera alguna, el caso de Héctor de Mauleón, ni de tantos otros cuyo trabajo sigo regularmente y que ejercen el oficio a costa inclusive de su propia seguridad (circunstancia, dicho sea de paso, que también he vivido).

Por De Mauleón solo siento admiración, simpatía y solidaridad.

Así pues, porque entre periodistas hay tantas diferencias, no me identifico con lo que se suele llamar el gremio.
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Carlos Marín

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