Camada súbita de ingenieros y peritos

La indignante muerte de un padre y su hijo en el socavón del paso exprés de la autopista del sol ha destapado, por lo pronto, que el ex delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Morelos ignoró las advertencias acerca de los escurrimientos de agua bajo el sitio preciso del colapso. 

El peritaje técnico de lo que físicamente sucedió y el resultado de la auditoría a la obra toda (inaugurada apenas en abril) señalarán otras responsabilidades administrativas y/o penales.

Se sabe bien (La Pintada, Guerrero, septiembre de 2013, por citar un caso) que la humedad puede hacer líquida la tierra en cualquier parte del mundo, pero en este socavón se desbordan indicios evidentes de irresponsabilidades de servidores públicos (y casi seguramente de particulares) que merecen castigarse con el máximo rigor.

Para el entendimiento cabal de lo sucedido, sin embargo, cuánto distrae y estorba la caterva en medios de ingenieros y peritos repentinos que, con lugares comunes, generalizaciones y juicios sumarios, dicen saber ya quiénes son los culpables de la desgracias.

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