El reloj del muerto

De nada sirve que, por la razón que sea, de no instalarse la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados el 1 de septiembre, su Ley Orgánica permita la prórroga, hasta 5 del mismo mes… que ya fue antier.

La norma no da opción para un plazo mayor.

En la práctica se acuñó el término reloj legislativo, ficción jurídica que permite que una sesión iniciada en x día se extienda a otro. Es un imaginario tic tac en sesiones conducidas por mesas directivas en plenitud de facultades, pero nunca luego de concluido el periodo anual de la Presidencia sin instalarse la siguiente.

Con fundamento en la normatividad aplicable, tampoco hay propuesta y menos acuerdo para sostener la prórroga de facto.

Si hoy, en la prevista reanudación de la sesión en receso, no se logra la elección de la nueva Mesa y se declara otro, chocarán el falso reloj y el calendario real: la actual Mesa Directiva no podría recibir el paquete económico puesto que, aun en la ficción jurídica que la fecharía el 5 de septiembre, tendría que dar trámite en una fecha distinta, o sea mañana, que es además el plazo constitucional.

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