Atrapados por el dedazo

Ninguna de las corrientes más fuertes que disputarán la Presidencia de la República (Frente Amplio, Morena y PRI) tienen la menor oportunidad democrática de seleccionar a su candidato:

Por el PAN, el PRD y MC, forzosamente decidirán las cúpulas, ya que abrir la decisión "a la ciudadanía" sería una locura, pues el PRI, obviamente, metería la mano para favorecer a quien le resulte menos incómodo.

Ayer, Miguel Ángel Mancera advirtió que si hay dedazo se despedirá del Frente, y Alejandra Barrales pretende que el método de selección sea decidido en consenso por los dirigentes partidistas y aspirantes. Nada fácil, Ricardo Anaya lleva la delantera tanto por presidir el partido mayor como por ser precandidato.

En Morena todo está ya dicho, y la encuesta que ofrece Andrés Manuel López Obrador no engañará ni a los niños de pecho.

A su vez, cumpliendo con su tradición y liturgia,, el PRI solo tiene que esperar oír el nombre que diga Enrique Peña Nieto.

Para sintetizar:
En los dos últimos casos, los ungidos serán los señalados por un dedo, y en el primero… ¡por tres!

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