Descomunal bola de corruptos

Platiqué para El Asalto… de Milenio TV con un servidor público de conducta irreprochable, el doctor José Narro, sobre los males que más afectan a la población, los signos vitales del sistema público mexicano de salud y el evidente padecimiento social que se expresa en irritación, enojos, resentimientos y odios generalizados.

Me sorprendió saber que mi impresión cobró el rango de diagnóstico de los ministros de Salud de Iberoamérica en Cartagena de Indias:

"El mundo está enojado. Hay un encono en el mundo", me comentó, de suerte que ese "desarreglo emocional" es un asunto, también, de salud pública.

Dice el dicho que quien se enoja pierde y el "amor y paz" que venía repitiendo Andrés Manuel López Obrador se torna lo contrario cuando ni se despide de sus adversarios en el debate o cuando los injuria en el templete.

Y ahora peor: ofendió a todos quienes no voten por él porque, en su magín, serán "cómplices de la corrupción".

Si el que siembra vientos cosecha tempestades, ¿qué producto puede surgir de la propagación de odios…?

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