La trituradora

En la charla de Ricardo Anaya con quienes habíamos ya platicado con Andrés Manuel López Obrador y José Antonio Meade, Juan Pablo Becerra-Acosta le recordó: "Dice que somos medio duros aquí…”.

El invitado atajó: “…la trituradora de Milenio".

No es grato que se nos equipare con una máquina que desbarata cosas y jamás nos proponemos maltratar a quienes tienen la confianza de hablar con nosotros, pero los diálogos entre seis periodistas y un aspirante a la Presidencia de

México suelen rebasar el esquema de preguntas-respuestas para dar lugar, atropelladamente, a entretenidos debates.

Ayer, en su Día con día, Héctor Aguilar Camín lamenta la conversión de los entrevistadores en jueces que intentan "poner al entrevistado en evidencia, dejarlo mudo, hacerlo trastabillar, confirmar sus debilidades, subrayar sus límites. En una palabra: mostrar lo peor de su invitado…”. Y dice que le gustaría no ver "duelos, sino revelaciones" con quienes "compiten nada menos que para gobernar nuestro país".
Plena coincidencia.

La subjetividad intrínseca del oficio periodístico es, quizá, lo que nos arrastra…