¿Por qué voto van los candidatos a Estados Unidos?

La verdad fragmentada es un engaño completo.
Florestán

Cuando se dio el voto a los mexicanos en el extranjero, en forma mayoritaria a los que viven en Estados Unidos, se consideró, como yo lo sigo considerando, un acto de justicia para nuestros paisanos a los que gobiernos y sociedad mexicanas han considerado como de segunda, víctimas de una vergonzosa discriminación allá, pero también aquí, invisibles e indocumentados en ambos países.

Ante esta apertura, los precandidatos y candidatos presidenciales comenzaron a visitarlos en busca de ese voto que ya tenían de acuerdo con la ley, pero no en los hechos.
Y lo documento.

De acuerdo con la estadística estadounidense, la mexicana es la primera minoría racial, por encima de los afroamericanos, con más de cincuenta millones de personas de primera, segunda y tercera generación, con papeles o sin papeles, lo que no se refleja en las urnas estadounidenses y por eso no tienen el peso de otras minorías.

Eso allá, porque los procesos electorales de aquí no les interesan, no sé si por las dificultades para obtener la credencial de elector o por el desprendimiento de la migración forzada por la pobreza, la injusticia y la falta de oportunidades en México.

Y le doy estos datos: en Estados Unidos hay 541 mil solicitudes de la credencial del INE, de las cuales han entregado 437 mil, activado 157 mil y registrado 38 mil.

Es decir, de un posible padrón de cerca de cuarenta millones, solo tienen credencial para votar 38 mil mexicanos.

Entonces, ¿por qué van tantos precandidatos y candidatos si en su máximo podrían obtener esos 38 mil?

Pues van por el factor influencia. Estos mexicanos en Estados Unidos mandaron el año pasado a sus familias en México un total de 28 mil 800 millones de dólares en remesas que a un promedio de 300 dólares, son 95 de millones de envíos.

Ese es el voto por el que van a Estados Unidos, no por el de los mexicanos allá, sino por la influencia que ejercen sobre sus familias que votan aquí.

RETALES
1. PIPA.- Cenaron Luis Miranda, delegado del PRI en Chiapas, el gobernador Manuel Velasco y los precandidatos Eduardo Ramírez del Verde y Roberto Albores del PRI. Allí se dieron la mano. Si hay consulta, que Ramírez acepta y Albores no, irá la alianza, si no cada uno con su partido. El Frente sigue esperando la fractura para postular al mismo Ramírez;

2. DEUDAS.- El Verde y el Panal no van en alianza en las elecciones del Estado de México en respuesta al incumplimiento del gobernador Alfredo del Mazo. Sus dirigentes nacionales no asistieron a su toma de posesión porque, afirman, ni los invitó. Y el PRI va solo contra dos fuertes coaliciones. ¿Qué nadie pensó en José Antonio Meade en el estado que tiene la principal bolsa, con once millones 609 mil votos?;

3. FORMAS.- En su visita a Baja California Sur, Ricardo Anaya aparece en una foto familiar hablando de su campaña en ese estado. ¿No estamos en las precampañas?

Nos vemos mañana, pero en privado.

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