Ni la ministra ni el líder exiliado

La inspiración es fugaz.
Florestán.

Tenía pensado escribir sobre la decisión para mí inexplicable del INE de cancelar en la intercampaña los debates de candidatos presidenciales y supongo que a cualquier cargo de elección popular, porque siendo esa la máxima autoridad depositaria y promotora de la democracia se cierra a una de sus vertientes esenciales: el debate. Pero ya lo haré mañana que trate de entenderlo, para lo que haré un esfuerzo de digestión.

Mientras, quiero retomar algunos nombres de la lista de candidatos plurinominales de Morena y recojo tres: Germán Martínez, expresidente nacional del PAN que, tras la derrota electoral de 2009, dejó el cargo y luego al partido, caso en el que más que tratar de descifrar los motivos de Andrés Manuel López Obrador, habría que buscar los del expanista, su enemigo acérrimo.
Luego el de Olga Sánchez Cordero, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de enero de 1995 a noviembre de 2015, que terminó su larga gestión de veinte años y se acercó a López Obrador que la nominó su secretaria de Gobernación, en caso de ganar y acaba de aparecer en los primeros lugares de su lista de senadores plurinominales cuando la Constitución dice en su artículo 55 fracción quinta que señala como requisito esencial: “… no ser ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (…) salvo que se hubiere separado de su encargo de manera definitiva tres años antes del día de la elección…”, aunque invoque otra reforma y vaya a tribunales.
Su registro, pues, en la lista de senadores plurinominales de Morena violaría la Constitución y, sabiéndolo, accedió a que la anotaran, lo que no me explico y menos al lado de Napoleón Gómez Urrutia, cuyo impedimento menor es el de incumplir, a su vez, el requisito de seis meses de residencia antes del día de la elección, para la que hoy faltan 130 días y sigue viviendo en Canadá, como desde hace doce años
Aún así, puedo entender en los motivos de López Obrador para los fichajes de Martínez, Sánchez Cordero, de la misma Elba Esther Gordillo a través de su familia, pero no el de Gómez Urrutia.
Algún día se lo preguntaré aunque ayer adelantara que ha sido perseguido y estigmatizado por propaganda oficial y oficiosa.

RETALES
1. PALABRA.- No se trata de pagar una apuesta, se trata de cumplir un compromiso lo que Xóchitl Gálvez incumplió. Durante su campaña para la Miguel Hidalgo, ofreció que sería una delegada de tres años, no como los ruines que la antecedieron. Y resultó igual. Ahora abandona el cargo para irse al Senado. ¡Qué poca palabra, Xóchtil!;
2. POLICÍAS.- Sigue el silencio de los colectivos sociales ante la ejecución de los dos agentes de la PGR secuestrados, exhibidos en un video y muertos por el Cártel Jalisco. ¿No tienen derechos humanos por ser policías? ¿Y sus familias…?;
3. FIRMAS.- Anoche venció el plazo para reunir el millón de firmas necesarias para ser candidato independiente y sólo tres llegaron: Margarita Zavala, Armando Ríos Píter y Jaime Rodríguez. Pero a ver cómo les va en el conteo.
Nos vemos mañana, pero en privado.

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