PRI: la guerra por los despojos

Con el telón de la peor debacle política de su historia y la votación más baja que haya obtenido en una elección federal y en elecciones locales, en el PRI se están armando los grupos para iniciar una guerra por quedarse con la disminuida estructura del viejo partido.

Distintas corrientes y liderazgos se mueven en pos de “rescatar” el registro electoral con miras a cambiar una marca que reconocen “dañada”, con propuestas de reforma profunda y hasta de “la cuarta refundación” del priismo, pero al final hay solo dos bandos: priistas contra neoliberales, que van a dar la batalla por los despojos de la que fuera la mejor maquinaria política a nivel nacional, hasta el pasado domingo, cuando fue arrollada por el fenómeno Andrés Manuel López Obrador y Morena.

Dos hechos están marcando los primeros escarceos en la lucha: la reunión del lunes 2 de julio en la sede del PRI, donde integrantes de la actual dirigencia nacional, encabezados por el dirigente René Juárez Cisneros y líderes afines al peñismo neoliberal comenzaron lo que llamaron “la evaluación de la derrota y la planeación para una refundación del partido”.

Emilio Gamboa, Claudia Ruiz Massieu, José Calzada, Carlos Iriarte, Ernesto Gándara, Arturo Zamora y Luis Vega, entre otros, discutieron por más de seis horas un redundante diagnóstico que busca entender cómo el voto duro priista cayó en esta elección a 7 millones 472 mil votos obtenidos por su candidato José Antonio Meade, cuando las últimas estimaciones del partido calculaban la fuerza de su estructura en casi 9 millones de votos asegurados.

¿Dónde quedaron casi 2 millones del voto duro y quién o quiénes traicionaron a la maquinaria priista?

El otro hecho es la aparición de las primeras manifestaciones abiertas de rebeldía y que exigen cobros de facturas.

A las cartas del ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, que ha vuelto a pedir firmas para exigir la salida de “los grupos que secuestraron” al partido y mencionan al presidente Enrique Peña Nieto y a su canciller Luis Videgaray, y exigir que se convoque a una Asamblea que elija a una nueva dirigencia democráticamente y que inicie una profunda transformación, se suman expresiones de descontento que circulan en varios chats de priistas en los que llaman a promover el hashtag #RenunciaALaPluriOchoa, pues culpan al ex dirigente priista, impulsado por Videgaray y Aurelio Nuño, de la debacle del domingo.

Y es que según fuentes del CEN del PRI, habría un acuerdo apoyado por Meade, Nuño y Videgaray para impulsar a Ochoa como coordinador de la próxima y disminuida bancada del PRI en la Cámara, que según los resultados del PREP quedaría integrada apenas por 15 diputados de mayoría y que sumando los plurinominales podría alcanzar apenas unos 45 legisladores.

Pero los liderazgos más fuertes que van a dar la pelea contra los neoliberales aún no dan la cara, aunque se sabe que figuras como Miguel Ángel Osorio Chong, Manlio Fabio Beltrones y varios gobernadores como el de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, serían los que encabezarían la lucha para arrebatarles el control y comenzar una “reconstrucción” que contempla en algunos casos cambiarle el nombre, los principios y hasta los estatutos internos al PRI.

Y es que todos los grupos resintieron el efecto del “tsunami” lopezobradorista.

Manlio Fabio Beltrones no pudo hacer ganar a su hija, Silvana Beltrones; lo mismo le ocurrió a Osorio en Hidalgo, donde también Morena arrasó, al igual que en Campeche.

Anoche también se reportaba que grupos del PRI en la CDMX amenazaban en chats y audios que llegaron a esta columna, con “tomar las instalaciones” de su partido en la capital, para denunciar “el robo de los recursos que fueron enviados para la operación electoral” y que según denuncian líderes seccionales y delegacionales del viejo partido “nunca fueron entregados y en cambio hubo recolección de recursos y hasta descuentos a diputados y funcionarios del partido para un supuesto apoyo a las campañas”.

De haberse llevado los recursos y no haberlos entregado, están acusando a Francisco Olvera, exgobernador de Hidalgo y fue designado como delegado especial para la CDMX por Enrique Ochoa.

Así es que la batalla por los despojos del PRI ha comenzado: de un lado los neoliberales arropados en lo que le queda de poder al presidente Peña Nieto, que tomó el control del priismo con dirigentes y candidatos no priistas, y del otro los políticos y militantes que se asumen como los “verdaderos priistas” y que van a tratar de sacar a los peñistas y, con ellos al grupo mexiquense, de su partido.

O más bien de lo que quedó de él después de que los arrollara el tsunami López Obrador.

NOTAS INDISCRETAS… 

Y si el PRI arde, el PAN podría de plano estallar si se consuma lo que anoche anunciaba el actual dirigente en funciones Damián Zepeda: que Ricardo Anaya, ex candidato presidencial, está listo para regresar como presidente de su partido.

“Tiene el derecho y respetaremos su decisión si decide retomar el liderazgo del partido. Por supuesto que es una magnífica persona, que fue un muy buen dirigente, un gran candidato y en el proyecto que él tenga, contará con mi voto como amigo y como panista”, dijo Zepeda.

¿De veras Anaya terminará de dinamitar al PAN?…

Los dados mandan Escalera doble.

Bueno el tiro.

Salvador García Soto

sgarciasoto@hotmail.com

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