MÁS ALLÁ de los cómputos finales

MÁS ALLÁ de los cómputos finales, hay otros ganadores y perdedores en la contienda electoral. Gana, de entrada, la necesidad de establecer alianzas electorales. Así lo demuestran los triunfos de la coalición PAN-PRD tanto en Nayarit como en las elecciones locales de Veracruz.

GANA también la propuesta de la izquierda, pues entre Morena y el PRD se llevan más de la mitad de los votos. Además, Morena se convirtió en el enemigo a vencer y logró convencer en bastiones panistas y priistas.

GANA Ricardo Anaya, pues llega a la definición de la candidatura presidencial del PAN con una canasta de triunfos, incluida una docena de gubernaturas. También gana Alejandra Barrales, al reposicionar al PRD, pese a tener todo en contra.

Y LA PANISTA Josefina Vázquez Mota gana dos cosas: un aplauso por admitir su derrota y la certeza de que lo suyo, lo suyo, no es ser candidata.

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¿Y QUIÉN PIERDE? De entrada, pierden oootra vez aquellas casas encuestadoras que someten el resultado al precio. Las encuestas de salida se han convertido en encuestas de saliva, que sirven para que se declare ganador... ¡hasta quien pierde!

PIERDE Andrés Manuel López Obrador, debido al desgaste que le provocó su protagonismo. Perdió no sólo los estribos, sino el halo de pureza que tanto presumía. Pierde igualmente el priista Enrique Ochoa, que recibió un partido derrotado y entrega las mismas cuentas.

Y, CLARO, pierde Enrique Peña Nieto pues movilizó a todo el aparato gubernamental en favor de su primo, sin lograr el triunfo holgado y contundente, que ameritaba dicha inversión.

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EN MEDIO del traca traca electoral, pasó prácticamente desapercibido el caso de Luis Carlos Castillo, llamado el "Rey de los Dragones" debido al emporio que formó a partir de máquinas repavimentadoras conocidas como dragones.

PERO no se emocionen, pues no es una historia de éxito, sino de corrupción. Resulta que para obtener millonarios contratos, el empresario sobornó a muchísimos funcionarios, entre ellos a por lo menos cuatro gobernadores. Lo bueno es que ya lo atraparon, le decomisaron buena parte el botín y le sacaron la sopa de sus socios en el gobierno. Lo malo es que, oootra vez, ese trabajo no se hizo aquí, sino en Estados Unidos.

ALLÁ relató haber entregado millones de dólares a Humberto Moreira y Jorge Torres, de Coahuila; Eugenio Hernández, de Tamaulipas; y Luis Armando Reynoso, de Aguascalientes. Y para ser liberado tuvo que renunciar a su avión ejecutivo, automóviles, motocicletas, centenarios, diamantes y más de 5 millones de dólares. Y aquí en México, ¡ni se enteran!

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