Nace la leyenda, despiden a Francisco 'Paquín' Estrada
NAVOJOA, SON.- Con diferencia de 28 años, menos un día. Primero murió Benjamín “Cananea” Reyes Chávez, el lunes dejó de latir el corazón de Francisco “Paquín” Estrada Soto, “así es el beisbol” -frase que no me gusta porque es la salida de quien no puede explicar el por qué sucede algo en un juego de pelota, a mi ver-, pero sí, “así es el beisbol”, así es la vida.
Indiscutiblemente los dos mánagers más grandes que ha dado el beisbol mexicano. Y llegamos para la misa, su última misa… La carroza de la Capilla de Lourdes con placas WEN-51-18 color beige llegó puntual a la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, la misa de cuerpo presente de Francisco “Paquín” Estrada iniciaba a las 17:00 horas y el féretro ya estaba a la puerta del templo a las 16:45.
El cuerpo del ex pelotero y mánager fue escoltado por 21 personas, entre, hijas, yernos, nietos y sobrinos. Además de amigos muy cercanos. En las primeras cinco filas de la bancas centrales del recinto católico, destacaba la presencia de 19 miembros del grupo de Inmortales y Leyendas del beisbol de Ciudad Obregón, todos portando la casaca retro, ochentera, de los Yaquis.
A ese grupo que lleva por nombre Alfonso Araujo Bojórquez -también navojoense-, pertenecía Estrada Soto. Fue un amigo de “Paquín” quien ofició la misa, el presbítero Gonzalo Rascón Murakami, que se trasladó desde Guaymas -donde él oficia-, para acompañar al ex receptor, que solía atrapar “de canastita” siempre, con mucha efectividad los palomones de faul, en cualquier escenario donde jugó beisbol, el Rey de los Deportes.
Rascón Murakami destacó la labor de papá, hermano y amigo de Francisco Estrada, un hombre al que se refirió: “Supo vivir en paz”.
Lágrimas salían de los ojos de deudos y amigos, entre ellos y en las primeras fi las del sector izquierdo, Roberto Vizcarra y Alfonso “Houston”- Jiménez, ex peloteros y mánagers triunfadores en el beisbol.
Su amigo, el radiólogo Francisco Javier Ramos Gutiérrez, le dio la despedida en nombre de un grupo de amigos, de parejas, “a ver si puedo, dijo”, pudo, entre lagrimas y sollozos.
Una ceremonia sencilla, como fue “Paquín”, que terminó con una porra muy clásica y regional para reconocer a un ídolo: ¡¡A la bio a la bao a la bin bon ba, “Paquín”, “Paquín”… ¡Ra-ra-ra”, y los primeros aplausos de la tarde no se hicieron esperar.
Y a la receptoría...”
La carroza, esos carros que causan emociones encontradas -entre el miedo y tristeza-, partía con rumbo al estadio “Manuel ‘Ciclón’ Echeverría”.
Y minutos después entró por lo más profundo del parque de pelota, por todo el jardín central, por todos los 400 pies.
Esa carroza beige apareció y fue recibida con música instrumental de duelo que emanaba del sonido local del “Ciclón”, donde “Paquín” llegó a disputar par de finales con los Mayos de Navojoa como timonel, una ante Águilas de Mexicali y otra ante Naranjeros de Hermosillo.
Y en la pantalla del estadio, la foto de Paco, de joven, de muy joven, con esa mirada que inspiraba paz, tranquilidad y confianza.
Apenas el ataúd se instaló en el “plato”, y Javier Lugo Sánchez -la voz oficial del “Ciclón”- pronunciaba tal como anunciar un line-up, “y a la receptoría, ¡Francisco ‘Paquín’ Estrada!”… la piel se me ponía chinita, me cambiaba de lugar, no había metro cuadrado del campo donde me pudiera acomodar, y los presentes cruzaban miradas, apenas sonreían o miraban al firmamento.
Aplausos y más aplausos… no había necesidad de pedirlos, los presentes en el campo y más en la gradería los soltaron de manera espontánea. Con 30 campañas como jugador de la LMP -Liga Mexicana del Pacífico-, un partido de Grandes Ligas y demás grandiosos pero fríos datos que nos decían como parte de su currículum beisbolero, entendíamos mejor la grandeza de “la leyenda”.
¡Hasta siempre “Paquín”!, retronaba en el sonido local, se me hacía un nudo en la garganta. La alcaldesa María del Rosario Quintero Borbón habló como primera autoridad al navojoense, reconoció su trayectoria.
“Siempre humilde”
Pero uno de los momentos más significativos llegó, cuando tomó el micrófono su hermano Héctor Estrada, actual coach de los Mayos.
“Gran hermano y gran líder de familia, gran ser humano”, mencionó el más chico de ocho hermanos.
“Siempre grande, siempre humilde, ya está reunido con su esposa Nena y (la emoción y sentimiento le llegó, pero prosiguió) con mis papás y mis dos hermanos”.
Después filas de aficionados pasaron a ver por última vez a “Paquín”. Al tiempo que se fundían en un abrazo Héctor Estrada y Roberto Vizcarra -actual timonel de los Charros de Jalisco-, se escuchaba la canción (Yo te extrañaré - Tercer Cielo), qué tristeza, me removía recuerdos, tristes recuerdos, todos los tenemos.
Reaccionaba y comprendía más del marco y momento al caerme el “20”; dos equipos (Mayos-Yaquis), por iniciar un clásico y (serie entre estas dos novenas); todos aquí compartiendo o viviendo un mismo dolor en mayor o menor intensidad.
De pronto vi una casaca y una chamarra de los Tomateros de Culiacán… ¡los Tomateros!, donde más galardones consiguió “Paquín” Estrada, seis de LMP, más dos de Serie del Caribe… Más entendía lo de leyenda, cuando me vuelve a “mover el tapete” otra melodía, ahora la escrita por Juan Gabriel e interpretada por Rocío Ducal, “Amor Eterno”, chico se me hacía el campo de juego.
De pronto, el historiador Alfonso Araujo Bojórquez en una breve remembranza revelaba que “Paquín” algún día le comentó que cambiaría algún campeonato por haber ganado uno con los Mayos.
Francisco debutó con los Mayos pegando jonrón, al primer lanzamiento, en el desaparecido estadio Revolución. El final llegó cuando aparecieron los empleados de la Capilla de Lourdes para retirar el féretro… y vuelve a retumbar el sonido local… “cambio de receptor, sale “Paquín” Estrada y ¡Nace la Leyenda!”.
Y esa carroza elegante color beige se perdía en el fondo del jardín central”.
Rosario Delgado
nopasanada.mx