Exfutbolista se debate entre volver a caminar o permanecer en una silla de ruedas
CIUDAD DE MÉXICO.- José Antonio García es un caso más de negligencia médica en México, también es un caso más de jugadores olvidados por sus clubes en situaciones adversas. El exfutbolista de los Pumas sueña con volver a patear un balón, pero lo cierto, es que hoy se debate entre volver a caminar o permanecer en una silla de ruedas.
Con apenas 28 años, su carrera quedó enterrada por una directiva que minimizó su problema y por descuidos, lo perdió todo. En videoconferencia, García Fernández reveló que después de tantos años en silencio, decidió hablar y exponer su sufrimiento y ser un ejemplo para más futbolistas que siguen callando las injusticias.
"Decidí hablar porque esperé a que mi caso llegara al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). No es para pelear, simplemente quiero un trato digno y que se me cumpla lo que aún pasé como jugador del club. He gastado millón y medio en tratamientos, viajes, estancias, etc. El club nunca me buscó para ayudar o conciliar, su última oferta fue de 70 mil pesos", señaló.
Acompañado de sus abogados (Juan Carlos Vázquez y Daniel Apaza) y del titular de la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesional, Álvaro Ortiz, externó su sentir ante el equipo de sus amores, club donde vivió desde los 10 años.
"Me da tristeza porque le tengo mucho respeto y admiración; estudié en Prepa 5; llegué desde los 10 años y es un club que representa a la Máxima Casa de Estudios y estas actitudes no van con el club. Este equipo es mucho más grande que todas esas personas que sólo ven sus intereses.
Toño García sufrió cuatro cirugías en menos de 22 meses por una lesión en la cadera, personajes como Antonio Sancho y Rodrigo Ares de Parga (Presidente Patronato 2016-2019), son de los involucrados en el final de la carrera de José. Ellos forzaron que hiciera sus rehabilitaciones en condiciones poco favorables y así lo pagó.
"Busco justicia y un trato digno. Antes que un jugador soy un ser humano y ese trato, ninguna institución lo debe dar y ningún jugador lo merece. No somos máquinas, somos personas. Hoy me tocó a mí, pero mañana puede ser cualquiera. Mi calidad de vida no volverá a ser la misma, lo perdí todo. Así que si algún jugador tiene miedo, que hables. Al contrario quiero seguir ayudando por un mejor futbol y una vida laboral más justa", sentenció.