CIUDAD DE MÉXICO.- Kansas City Chiefs hizo válidos los pronósticos y venció por marcador de 24 a 17 a los Chargers de Los Ángeles en el
Monday Night México.
Si bien el Chargers contra Chiefs no entrará en la videoteca de los mejores partidos en la historia del tradicional Monday Night, sí sirve como recordatorio de que al sur del río Bravo existe un amor incondicional por el futbol americano profesional de Estados Unidos.
Sin contar con dos de las organizaciones más populares en el país, el Monday Night logró congregar a 76,152 seguidores que tuvieron que esperar un año para estar de frente al juego que aman.
Con las primeras dos series de la segunda mitad, los Chiefs llevaron al terreno de juego el dominio que desde el comienzo tuvieron en las tribunas, aunque encontraron resistencia en el último tramo del encuentro, como equipo ganador encontraron la forma para alcanzar la meta.
Mahomes no brilló bajo las luces de la capital del país pero aun así acumuló178 yardas por aire y un pase de anotación con Travis Kelce. El ala cerrada regresará a Kansas City con el recuerdo de convertirse en México en el jugador de su posición que más rápido alcanza las 450 recepciones y seis mil yardas.
A pesar de permanecer en Colorado Springs cinco días para aclimatarse a la altitud de la Ciudad de México, Philip Rivers sufrió para encontrar precisión en sus envíos y fue interceptado en tres ocasiones. El quarterback de Chiefs, lideró a su equipo en yardas terrestres con 62 yardas.
El
Monday Night México para Chargers fue una continuidad de lo que viven en su hogar en Los Angeles: jugar en un estadio de futbol frente a una multitud compuesta principalmente de fanáticos que arropan al equipo rival.
La temporada pasada, la NFL en una decisión de último minuto decidió mudar a Los Angeles el partido Chiefs vs Rams programado en el Azteca por las malas condiciones del terreno de juego.
Aunque el césped híbrido que causó vergüenza internacional a la administración del inmueble fue cambiado por uno natural que recibió un tratamiento en el que prácticamente presumieron que cada hierba era cuidado a mano, el campo volvió a estar en el terremoto de las redes sociales cuando en televisión se apreció con detenimiento cómo volaban pedazos del tamaño de una pelota de beisbol que eran arrancados por las zapatillas de los jugadores.
Los Chiefs se marchan de México con la victoria y el liderato del Oeste de la Conferencia Americana para continuar su camino a Playoffs.
Cuando se anunció que el partido entre
Chiefs y Chargers se jugaría en la Ciudad de México, de inmediato se asoció a los segundos con la localía.
Pero Los Ángeles fue anfitrión únicamente en el ámbito administrativo; se topó con un Estadio Azteca convertido en sucursal de Arrowhead.
Los Chiefs encontraron en México una base de aficionados que parecía no existir, pero simplemente estaba oculta, en espera de poder alentar a un equipo protagonista.
Como es costumbre en la NFL, antes de comenzar el encuentro, la voz oficial de los Bolts pidió a los asistentes que elevaran los decibeles cada que su defensa estuviera en el emparrillado, invitación que pasó de noche y hasta tomó sentido inverso.
El color rojo se apropió de la tribuna capitalina y la "cercanía" entre la ciudad californiana y nuestro país pasó a segundo plano, porque el azul de los Chargers no sólo resultó poco estridente, sino contundente minoría.
Cada vez que LeSean McCoy lograba un acarreo y movía las cadenas o Travis Kelce recibía el ovoide, el Coloso de fundía en palmas para los dirigidos por el experimentado Andy Reid.
A las afueras del inmueble, los de jersey color cielo hablaban parcamente de su equipo, alegres por poder verlo, aunque la emoción los invadía cuando el apellido 'Mahomes' aparecía en la conversación.
La resignación por una escuadra a la que poco a poco se le escapan los Playoffs era palpable y, aun con 'Rivers', 'Gordon' o 'Bosa" en su espalda, manifestaban mayor admiración por el quarterback rival.
Los cambios de sede que han sufrido los angelinos han golpeado el sentido de identidad que toda afición de la NFL busca, y el Monday Night Football en México indica que el sentimiento de muchos en San Diego rebasó la frontera hacia el sur.