La IA llega a Wimbledon y dejará a cientos de personas sin empleo
A partir de 2025, Wimbledon, el torneo de tenis más prestigioso del mundo, implementará un cambio histórico al sustituir a los jueces de línea con un sistema automatizado de inteligencia artificial.
Tras 147 años de tradición, el venerable All England Club ha decidido unirse a la tendencia tecnológica que ya ha sido adoptada por otros Grand Slams como el Abierto de Australia y el US Open.
El sistema conocido como 'Electronic Line Calling' (ELC) reemplazará a los jueces de línea en todas las canchas del torneo, incluida la emblemática pista central. Esta tecnología es capaz de determinar si una pelota ha caído dentro o fuera del campo con un margen de error mínimo y en tiempo real, eliminando así la necesidad de los challenges utilizados por los jugadores para revisar decisiones dudosas.
Sally Bolton, directora ejecutiva de Wimbledon, señaló la importancia de encontrar un equilibrio entre la tradición y la innovación.
“Los jueces de línea han sido una parte integral de nuestro sistema de arbitraje durante décadas, y les agradecemos su valiosa contribución. Sin embargo, creemos que la tecnología ha avanzado lo suficiente para garantizar una mayor precisión en el arbitraje y mejorar la experiencia tanto para los jugadores como para los espectadores”.
La eliminación de los jueces de línea representa no solo un avance en la precisión de las decisiones, sino también una mejora en la fluidez del juego. Se estima que esta reducción de personal afectará a unos 300 jueces, pero los jueces de silla seguirán presentes en el torneo para mantener el orden en la cancha.
Este cambio sitúa a Wimbledon en la vanguardia de la modernización del tenis, uniéndose a otros esfuerzos por actualizar sus instalaciones, como la reciente remodelación de sus pistas con techos retráctiles. No obstante, algunas tradiciones clave, como el estricto código de vestimenta blanco, se mantienen, aunque con ajustes para adaptarse al tenis del siglo XXI.
Con este paso, solo Roland Garros, el Abierto de Francia, quedará como el único Grand Slam que aún mantendrá a los jueces de línea en su sistema de arbitraje.