Acoso

A partir de las denuncias contra Harvey Weinstein por acoso, abuso sexual y violaciones publicadas en The New York Times en octubre de 2017, las voces femeninas han exigido mayor atención al problema. El acoso, sobre todo de hombres hacia mujeres, siempre ha existido. En años recientes, debido al valor de las mujeres que denunciaron públicamente sus terribles experiencias y a la masificación de la información, el acoso, el abuso sexual y las violaciones han adquirido mayor visibilidad.

Denunciar no es sencillo. Son varias las condiciones necesarias para hacerlo: valor, visibilidad, situación familiar, educación, posición económica. No todas las variables tienen que coincidir en la misma persona, pero, la suma importa: denuncian menos mujeres pobres y desprotegidas por la familia, las que temen ser estigmatizadas y carecen de voz. En un mundo donde reinan y crecen ad nauseam diversas polarizaciones, i.e., religiosas, económicas, territoriales y políticas, atender y entender las sinrazones del acoso es ingente.

"Acoso. ¿Denuncia legítima o victimización?", (Fondo de Cultura Económica, 2018), de Marta Lamas, es un texto oportuno e imprescindible, tanto por el contenido como por la trayectoria de Lamas en torno a diversos bretes femeninos. La disparidad perenne entre hombres y mujeres en rubros económicos, científicos, políticos y culturales favorece el acoso; exigir "favores" non gratos, o cierta sumisión femenina para escalar y obtener prebendas es práctica conocida. Acoso explica, desde la sociología, la historia y la filosofía de las bases del entramado previo.

Entre el prólogo y el anexo hay ocho capítulos. Cada uno muestra diversas facetas del embrollo. Los capítulos pueden leerse como los buenos libros de ensayo: en orden o en desorden. La escritura, amable y comprensible para lectores no avezados en el tema, invita. Invita también la bibliografía. Hace falta un índice de las entradas más relevantes. Los índices en libros de ensayos son imprescindibles; para quien falto de tiempo desee analizar algún tópico relevante, los índices orientan y ayudan.

El tejido propuesto por Lamas es excelente. Resume el estado actual del arte, ofrece respuestas y plantea bretes no resueltos. Lamas provoca. Entender las causas del acoso requiere adentrarse en la liberación sexual, el miedo a la sexualidad, la epidemia del acoso, la situación en México, los conflictos de interés entre hombres y mujeres…

Uno de los abrebocas del prólogo, "¡Basta ya de desigualdad, basta ya de doble moral, basta ya de discriminación, basta ya de machismo!", es un reclamo vivo, compartido en infinidad —¿en todas?— de sociedades, reclamo que conduce, vía palabras, reflexiones, y preguntas, en ocasiones sin respuestas precisas —como sucede con los libros que provocan— hasta el final del libro. En "Epílogo. ¿Y en México, qué hacemos con la rabia?", Lamas reta: "Otra feminista italiana, Rossana Rossanda, dijo en 1982, ‘No nos salvaremos a menos que tejamos todos los hilos de esta tela desgarrada en la que nos hemos convertido’. Entre la incertidumbre y la oscuridad que amenazan la convivencia, la palabra y la reflexión se perfilan como las hebras necesarias para lograr la vital tarea de retejer la comunicación entre nosotras y con los hombres".

Marta ofrece argumentos, no pontifica, busca mediar; el maniqueísmo no es lo suyo. Afirma, con valentía, sin obviar que la idea no será del agrado de otras feministas, "No va a ser fácil cambiar la cultura machista ni la perspectiva victimista. Por eso es tan necesario debatir, y hacerlo también con los hombres. ¿Por qué no escuchar a la otra mitad de la población?...La aspiración de vivir de otra manera, de acabar con la guerra ‘entre los sexos’ y establecer otro ‘arreglo’ la comparten muchos varones". Mientras no se descubran genes en los hombres que propicien violencia y acoso, dialogar es imperativo. Al lector le corresponde deshilar e hilvanar, sentarse y cavilar acerca de la violencia machista.

El libro fluye. La escritura es amable. Entremezclar ideas propias con las de otros pensadores revela conocimiento y esfuerzo. Esa "mélange" suma esfuerzo y conocimiento. El texto no es dogmático. Es propositivo y analítico. El número de citas fortalece el ensayo.

Nada escapa. México es motivo de reflexión: "Además, en México, en nuestro contexto de lucha por erradicar la impunidad y por el establecimiento de un verdadero Estado de derecho, es necesario no sólo que se cumpla la ley, sino que se cuestionen las normas de raigambre patriarcal". Acoso… expone y denuncia. Ante las imparables polarizaciones, el ensayo ofrece argumentos para pensar y repensar algunas razones de la violencia machista.

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