El valor de los años

El valor de los años, escribe Pbro. José Martínez Colín en #VivirEnCristiano

Para saber

Hoy en día se admira la fuerza y belleza de la juventud, pero el Papa Francisco ha querido que dirijamos la mirada también a los ancianos y adultos. Por ello, el pasado 25 de julio, el Santo Padre celebró la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores. Con ese motivo invitó a visitar a los ancianos, a los que están más solos, y decirles, como Jesús: “Yo estoy contigo todos los días”.

Importa que la sociedad valore la presencia de los abuelos y los ancianos, especialmente en esta cultura del descarte. Los abuelos necesitan a los jóvenes y los jóvenes necesitan a los abuelos: ¡Tienen que hablar, tienen que encontrarse! El Pontífice recordó a un poeta que dice: “lo que el árbol tiene de florido, vive de lo que tiene sepultado”. Los abuelos tienen la savia de la historia que sube y da fuerza al árbol que crece. Sin diálogo entre jóvenes y abuelos, la historia no sigue, la vida no sigue: hay que retomar esto, es un desafío para nuestra cultura.

Para pensar

Las personas mayores nos transmiten la sabiduría de la vida. Unos consejos que han inspirado a muchos, son los que pronunció el presidente de la Coca Cola, Bryan Dyson, cuando se despidió de la compañía y se difundieron por todo el mundo. A continuación lo recordamos:

Imagina la vida como un juego en el que estás malabareando cinco pelotas en el aire. Éstas son: tu Trabajo, tu Familia, tu Salud, tus Amigos y tu Vida Espiritual. Y tú las mantienes todas estas en el aire.

El Trabajo es como una pelota de goma. Si la dejas caer, rebotará y regresará. Pero las otras cuatro pelotas: Familia, Salud, Amigos y Espíritu son frágiles, como de cristal. Si dejas caer una de éstas, de manera irrevocable saldrá astillada, dañada e incluso rota. Nunca volverá a ser lo mismo.

Debes entender esto: apreciar y esforzarte por conseguir y cuidar lo más valioso. Trabaja eficientemente, pero deja el trabajo a tiempo. Dale el tiempo requerido a tu familia y tus amigos. Haz ejercicio, come y descansa de manera adecuada. Y sobre todo, crece en tu vida espiritual, que es lo más trascendental, porque es eterno.

La vida es corta, ¡ámala! Vive intensamente y recuerda: Antes de hablar... ¡Escucha! Antes de escribir... ¡Piensa! Antes de criticar... ¡Examínate! Antes de herir... ¡Siente! Antes de orar... ¡Perdona! Antes de gastar... ¡Gana! Antes de rendirte... ¡Intenta! Antes de morir... ¡Vive!

En realidad, nada termina hasta que dejas de intentarlo… No vayas por la vida tan rápido que te olvides, no sólo de dónde vienes, sino también a dónde te diriges... La vida no es una carrera, sino un viaje que debe disfrutarse a cada paso…

Para vivir

Comentaba el Papa Francisco que sufre cuando ve una sociedad que corre, indiferente, afanada en tantas cosas e incapaz de detenerse para dirigir una mirada, un saludo, una caricia. Los abuelos, que han alimentado nuestra vida y nuestra fe, hoy tienen hambre de nuestra atención, de nuestra ternura, de sentirnos cerca. Hoy tenemos necesidad de soñar juntos, de superar los conflictos entre generaciones para preparar el futuro. El Santo Padre pide dedicar tiempo a los adultos, para que no nos arrepintamos mañana de no haberlo hecho. Que no los descartemos nunca. (articulosdog@gmail.com)

Pbro. José Martínez Colín