Actitudes: los paradigmas
Hace unos años participé en la firma de consultoría Paradigmas.
Algunas personas del ámbito empresarial me preguntaban constantemente la razón del nombre de tal organización, y les decía que el término paradigma tiene que ver con todo lo que hacemos y no hacemos.
Tiene que ver con nuestras creencias, con nuestros anhelos, con nuestros ideales, con nuestras preocupaciones, con todo lo que vivimos en nuestras vidas.
Los paradigmas están en el trasfondo de todo lo que hacemos.
Nos permiten ver y nos impiden ver, nos dejan hacer algunas cosas pero también nos impiden hacer otras.
Muchas son las cosas que nos pasan de las que nos quejamos y ello también tiene que ver con los paradigmas.
Un paradigma es por tanto un conjunto de creencias que actúan de forma parecida a un filtro fotográfico, condicionando tu percepción de la realidad al hacer que la veas de una manera determinada de entre todas las posibles.
Una consecuencia de esto es que lo que percibes no es la realidad en su totalidad sino únicamente una parte de ella, es decir, un punto de vista o, más bien, tu punto de vista.
Como dice Mario Alonso Puig, esto marca una diferencia fundamental a la hora de discutir con otras personas, ya que si eres consciente de que no posees la verdad, sino sólo un punto de vista sobre ella, estarás abierto a escuchar con interés otros puntos de vista distintos que pueden enriquecer y complementar el tuyo.
Willis Harman afirma que:
“Lo que tú crees determina lo que tú percibes como real. Lo que tú crees determina lo que tú sientes que puedes hacer por ello. Lo que tú crees determina el goce y el disfrute en tu vida. Algunas creencias son saludables, otras definitivamente no. Las creencias pueden ser cambiadas. Una vida que se construye sobre la base de creencias fundamentales inadecuadas o equivocadas incluirá muchos problemas y sufrimientos. Si una sociedad es guiada sobre la base de creencias fundamentales inadecuadas o erróneas, tenderá a generar muchísima miseria humana. Al nivel de sociedad, también las creencias pueden ser cambiadas”.
Pero se dice también que el nuevo paradigma es que vivimos un paradigma que nos lleva a creer que así es esto de la realidad y las posibilidades de cambio.
También nos dicen que lo nuevo del paradigma nuevo es que podemos cambiarlo si queremos.
Es común encontrarme a personas diciéndome que quieren cambiar paradigmas, pero cuando nos ponemos a trabajar en esto de cambiar visiones la gente se hace para atrás, como que dice o siempre no o bueno, pero no tanto.
Si se pone a pensar un momento, se dará cuenta de que frecuentemente está aplicando paradigmas en todos los ámbitos de su vida.
No hay nada de malo en ello, es lo normal, pero el simple hecho de ser consciente de este hecho le pueda resultar de gran utilidad en muchas ocasiones.
Cuando se encuentre bloqueado y se sienta incapaz de encontrar la solución a un problema, intente identificar los paradigmas en los que está operando y piense en otras opciones que no son posibles en esos paradigmas pero podrían serlo fuera de ellos.
Termino afirmando, sólo creceremos en las organizaciones de todo tipo en la medida en que mejoremos los paradigmas con los cuales hemos sido criados y educados.
Si no es así el mundo permanecerá estático y pasivo.
Y usted, ¿cuántos nuevos paradigmas ha incorporado a su dinámica personal y laboral?
Director de Humanidades del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte.
Presidente de Grameen de la Frontera.
@rafaelroblesf