Al estilo Mad Max

El autor es productor de radio y televisión.

Los que tenemos la referencia cinematográfica de las películas de Mad Max, mismas que trataban sobre las formas de supervivencia de un expolicía australiano durante el principio del apocalipsis nuclear, podemos ver todo este panorama de los efectos de la pandemia de Covid-19 con otros ojos.

La anarquía reinante en la trama de Mad Max, filme protagonizado por Mel Gibson en 1979 y sus secuelas en 1985 y 2015, nos daba la sensación de una impotencia casi inexplicable, al ver el mundo totalmente retorcido, distante de la forma en la que lo conocemos (o conocíamos).

La guerra por el agua y los combustibles entre varios grupos de “piratas”, asolaban a aldeas enteras en esa región, los víveres no existían como tal y el común denominador era sobrevivir y salvar la vida, todos los días.

Mad Max nos da una lección de un futuro que al parecer llegó, ya que la pandemia de Covid-19 nos orilla hacia un escenario catastrófico, donde aún no aparecen los saqueos generalizados y conflictos bélicos entre civiles. Lo

apocalíptico nunca fue sinónimo de una mejor calidad de vida. En la ciencia ficción, la decadencia, la guerra, las enfermedades y la manipulación tecnológica y financiera en el mundo, son el argumento principal de las tramas que

veíamos en pantalla.

Situaciones como la que vivimos actualmente a raíz del virus que ha cobrado la vida de miles de personas en casi todos los países del orbe, pone en evidencia la vulnerabilidad de los sistemas existentes. Una cosa va a la otra, en un mortal efecto dominó cuya última pieza en caer, podría detonar un nuevo orden mundial, fundado en el caos y la confusión.

¿Da miedo? Claro que lo da, y todos llevamos en nuestro pensamiento diversas interrogantes, temores fundados precisamente por todas aquellas películas que nos “anunciaron” que el futuro no iba a ser nada fácil. En medio

de un planeta inmerso en la inteligencia artificial, la comunicación instantánea y el impulso a la economía, un simple virus vino a ponernos en el lugar que posiblemente merecíamos.

El agua, los alimentos, la energía eléctrica, la seguridad, el empleo, la educación, el transporte... la forma en la que éramos consumidores asiduos a todo lo anterior, va a cambiar y lo está haciendo de una forma en la que no habíamos pensado, a una velocidad vertiginosa. Ser cautos será indispensable.

Ahora la pregunta es: ¿nos vamos a recuperar de esto? La respuesta la tenemos que formar entre todos, con la colaboración y compromiso. La humanidad ha tenido que comenzar de cero muchas veces a lo largo de su existencia,

y a estas generaciones, parece que nos tocará hacer “reset” y ver de qué estamos hechos.

El autor es productor de radio y televisión.

daniel.rios@expreso.com.mx