Algunas consecuencias de la pandemia de Covid-19: ¿qué podemos aprender?
Las crisis anímicas y emocionales se han manifestado en niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos por la pandemia de Covid-19. También se ha vuelto notable cierto retroceso en el desarrollo
“normal” de la educación. Las niñas y los niños, así como los adolescentes, pueden estar presentando problemas de la conducta, alteración en los horarios de sueño, desmotivación escolar y frustración.
Esto es hasta cierto punto consecuencia normal por los cambios que se siguen presentando en las rutinas, en las formas de hacer y ser de la nueva “normalidad”. En el ámbito del trabajo, empleadas y empleados han tenido que sufrir y aceptar una reducción de sueldo y de horas de trabajo forzadamente, incluso injustamente. En los hogares, se ha visto una creciente ola de violencia doméstica, violencia contra la mujer, contra niñas, niños y adolescentes.
El confinamiento y el excesivo uso de dispositivos tecnológicos para la educación a distancia, la poca o nula socialización presencial y las nuevas formas culturales que han transformado
la sociedad, se resume en que vivimos dentro de un nuevo modelo.
Es importante mencionar lo que varios teóricos señalan, la fragmentación social. Las brechas y problemas económicos, de conocimiento, de acceso a las tecnologías e Internet, acceso a la
salud, etc., siguen existiendo en los países.
Aprender a ver las enseñanzas en medio de las tempestades es un arte. La forma en que creamos nuestra propia realidad conveniente y agradable, feliz y pacífica, requiere de ciertos conocimientos y disciplina mental.
La comunicación científica es imprescindible para manejar situaciones. Busca el fomento de la cultura científica para mejorar en los diversos aspectos de la vida. La información científica publicada en libros y revistas, ahora mayormente digitales, puede brindar conocimiento útil para una visión más amplia y mejor toma de decisiones.
Por otro lado, hay múltiples alternativas para manejar el estrés y mejorar los hábitos para una mayor calidad de vida. Auto cuestionarse es un ejercicio de reflexión fundamental.
Alejarse de aquello que hace daño como hábitos, personas o pensamientos es de suma importancia. Alternativas como la musicoterapia, la aromaterapia, la meditación, el yoga y el ejercicio son benéficas para ir modificando aspectos negativos de cualquier realidad.
Los pequeños también se pueden informar a través de revistas de divulgación científica, por un lado, para comprender mejor la situación e ir desarrollando un pensamiento reflexivo y crítico.
Por otro lado, pueden realizar ejercicio en casa, pintar y dibujar. Encargarse de alguna planta o tarea en el hogar y realizar actividades artísticas divertidas. Esto junto con el amor y la atención de la familia.
La autora es egresada de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y Maestra en Ciencias Sociales y doctoranda en Ciencias Sociales por la Universidad de Sonora.
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