¡Amá! ¡apá!.. ¿y yo qué?
Por favor atiéndanme, ¡ayúdenme!, que si mis abuelos no hubiesen de alguna manera estado al pendiente de ustedes yo no sería su hijo, no estaría aquí.
No sé ni qué es lo que quiero, si voy o vengo y menos sé expresarme y ni las leyes conozco.
Ustedes son lo único que tengo y mis portavoces.
Entiendo que puedan estar abrumados por los problemas y crisis de hoy en día.
Pero precisamente por eso les pido que hagan algo por mí; porque si bien es cierto algo se ha hablado, no se ha hecho para nada lo suficiente y los problemas de adultos acaparan la atención de todos y más ahora que el coronavirus trae de cabeza no sólo a México sino al mundo entero.
Gracias a esto es que podemos decir que estamos más seguros de momento, pero ¿después qué?
Y es que hoy en día los niños corremos un mayor riesgo que en su época: abusos sexuales, maltrato físico y psicológico, secuestros para ser objetos mercantes: tráfico de órganos, pornografía infantil, trabajos forzosos, etcétera, van sobremanera en aumento.
Quizás igual o más que contigo mamá por ser mujer, pero yo no puedo defenderme, salir y manifestarme por mí mismo.
¿Sabían que México ocupa el primer lugar de 33 países que integran la OCDE en cuanto a violencia infantil (menores de 14 años) en cualquiera de sus aspectos? Somos uno de los sectores sociales más vulnerables y desprotegidos.
Cifras oficiales señalan que en los últimos 15 años se han quintuplicado las denuncias y cuadruplicado los casos comprobables.
Es difícil determinar dónde hubo o no el maltrato infantil, mas no las desapariciones, por lo complejo del problema y la falta de denuncias que no permiten tener cifras claras, exactas y precisas.
Pero conocer lo poco que hay, ya es escalofriante.
Se dice que 6 de cada 10 niños sufre algún tipo de violencia, es decir, 24 millones; pues somos ya el 30% de la población total del país, es decir alrededor de ¡40 millones!
Aunque ha habido avances no es algo para no atenderse debidamente por la autoridad y la sociedad.
Por ejemplo, no hace mucho cayó una banda de secuestradores de niños que operaba en Mexicali y que los vendía en cincuenta mil dólares.
Si bien es cierto fuimos bendecidos al nacer, hay niños que de plano son más vulnerables que nosotros y que de plano no pueden decir ni hacer nada: los no nacidos.
Te pido que los defiendan tanto como a mí pues se les violenta el primer derecho fundamental de la humanidad y pilar del resto: el derecho a la vida.
Mis amiguitos los no nacidos, son también seres vivos, seres humanos, aunque estén en gestación se les ha de proteger.
Así como se protege la vida de un animal en gestación y se le reconoce como tal y perteneciente a una especie determinada pues igual con él también debe de ser.
Les pido que hagan algo porque en una de esas no sólo me perderán, sino que nietos no tendrán; y si por alguna razón se separaran, no me usen como moneda de cambio que no soy “su” objeto sino su hijo y ustedes por siempre serán mis padres y el problema fue entre ustedes, no conmigo.
El autor es L.R.I., profesionista independiente, analista político, consultor en MKT y especialista en asunto migratorios.
julioibarrola@hotmail.com
Red social: Julio Ibarrola Suárez