Barreras físicas y planes de emergencia
El pasado 23 de julio dio inicio el Primer Foro Nacional SINAPROC Incluyente el cual “nos invita a conocer las experiencias, avances y retos en la incorporación de la perspectiva de derechos humanos y discapacidad en la gestión integral de riesgos de desastres y protección civil” evento que en sus ya dos jornadas va cumpliendo su propósito a través de la acertada intervención de diversos especialistas de dependencias federales y organismos de la sociedad civil.
Es un excelente primer ejercicio de la Coordinación Nacional de Protección Civil porque visibiliza una problemática en todos los ámbitos, ya que resultan sorprendentes y decepcionantes los datos duros que se están manejando, nada nuevo porque refleja nuestra cotidianidad social.
Por ejemplo, según la Encuesta Nacional de sobre Discriminación (ENADIS) 2017, el 20% de la población de 18 años y más sufrió discriminación de 2016 a 2017, en particular, alrededor del 25% de la población en ese rango de edad está de acuerdo con la frase “las personas con discapacidad son de poca ayuda en el trabajo”, en cuanto a las personas con discapacidad el 25% declaró haber sido discriminado en al menos un ámbito social; prácticamente el 31% declaró al menos un incidente de negación de derechos; el 48% percibe que en México sus derechos se respetan poco o nada y el 71% de éste grupo social percibe que son rechazadas por la gente.
Por otro lado, de acuerdo con resultados preliminares del “Diagnóstico estatal sobre la inclusión de personas con discapacidad en la GIR” elaborado por el CENAPRED con información de 29 entidades sólo el 34% considera en sus Leyes de Protección Civil trabajar en protocolos de acción para este aspecto, el 86% conoce que existe la NOM-008-SEGOB-2015, ese mismo porcentaje reconoce que ha sido capacitado en la norma, pero sólo el 27% ha realizado capacitación de la misma.
Sin embargo, no podemos hablar de inclusión sin hablar primero de accesibilidad, aparentemente se encuentran desvinculados, la política pública no tiene impacto cuando la normativa de este concepto y su aplicación corresponde a los municipios desde el proceso de la licencia de construcción.
Difícilmente se podrá diseñar y ejecutar un protocolo de emergencia para personas con discapacidad si el inmueble no cuenta con lo necesario.
Las dificultades más comunes en los espacios cerrados y abiertos, incluyendo en ellas la vía pública, son las siguientes: maniobra: capacidad de movernos en diferentes espacios; desniveles: entender la similitud de una gran escalinata a un sólo escalón; peligro: excesiva concentración que se requiere para quedar fuera del alcance de objetos; alcance: posibilidad de llegar a objetos para su uso o disfrute; y control: capacidad para realizar movimientos precisos.
Para superar estas dificultades se deben de incluir elementos arquitectónicos en todos los proyectos mediante el previo conocimiento de las necesidades de las personas con discapacidad en situaciones de emergencia, estos elementos en las edificaciones deben ser utilizados para enriquecer la obra generando empatía, capacidades y reduciendo vulnerabilidades.
“No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer”: Johann Wolfgang Goethe.
Presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.