Comunicar el riesgo

El autor es Presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.

Una idea es sólo una representación mental de algo, sea real o imaginario, incluso abstracto, a la que se llega tras haber observado diversos acontecimientos que se van asociando en mapas mentales.

Las ideas son intangibles, no se pueden ver ni tocar, el público que escucha sólo las puede visualizar en su mente y no siempre lo hace correctamente. Ése es el gran reto de la comunicación, transmitir la idea de forma clara, sencilla y rápida para que, quienes la escuchan la puedan decodificar y convertir en acciones.

La mayoría de las personas consideran que la comunicación es algo obvio, sólo por el hecho que un gran porcentaje de la población nace en condiciones naturales de hablar y escuchar. No ocuparé el espacio para hablar del proceso de la comunicación que por sí misma es una ciencia, me enfocaré en mencionar algunos aspectos relevantes de la comunicación social del riesgo que tan de moda se encuentra a consecuencia del Covid-19.

Existe una gran cantidad de bibliografía en esta materia, pero prácticamente todas estructuralmente coinciden. En la comunicación social del riesgo del Covid-19 se aprecian algunos aspectos valiosos como el haber dispuesto por la Federación a un vocero oficial especialista en el tema, es referente con las credenciales académicas para entender y transmitir el mensaje del sector Salud, a veces hasta el propio.

Sin embargo, el mensaje que pudiera considerarse bueno, se ve afectado por otros elementos como el canal, el código y su contexto, lo que reduce su eficacia en la población. Tampoco podemos ser ingenuos y no considerar que interactúan otros intereses ajenos al bien común que tratan de minimizar el efecto del mensaje, o las ya inevitables redes sociales que manejan de forma dolosa información falsa para criticar sistemáticamente los actos de Gobierno y generar percepción de inactividad.

Pero estos aspectos son pan de cada día y deberían de considerarse en el “War Room” del Consejo o Comité de Emergencia para tener un mensaje con saldo positivo. Por otro lado, tenemos los mensajes cruzados u opuestos, aquéllos donde el hacer contradice el decir y personalmente son éstos los que más daño ocasionan a la comunicación social del riesgo, ya que comunicar el riesgo “implica no sólo el hecho de informar, sino también formar o educar y, dadas sus características como proceso dinámico, requiere de una estrecha relación entre todos los actores que son parte para lograr una estrategia efectiva de comunicación para la reducción de los riesgos a todo nivel” (Ulloa, 2011), y por falta de credibilidad, no se puede formar ni educar cuando las acciones contradicen a las palabras.

Al Covid-19 debemos darle la debida importancia, es seguro que dejará secuelas en la salud pública y en la economía local, es tiempo de crisis y es importante la suma de todos, el bien mayor son nuestras familias. Atendamos sólo la información que brinden las fuentes oficiales y antes de hacer caso a las redes sociales, investiga su veracidad.

El autor es Presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.