Confesiones de un papá emprendedor
Hoy voy a compartir estas confesiones.
He sido irresponsable. Así me sentí durante los dos primeros años en los que renuncié a un empleo en el que no tuve problemas ni algo de lo que pudiera quejarme.
Posteriormente renuncié a una profesión que se convirtió en mi primer emprendimiento, que me permitió mantenerme a flote y aprender los fundamentos de los negocios.
En ambos casos tomé la decisión de hacerlo porque no estaban alineados al estilo de vida que quería construir para mi y para mi familia, un estilo de vida que en ese entonces era sólo un sueño.
He sido egoísta. Sólo pensé en mí cuando renuncié a mi empleo y a mi profesión, porque me dejé llevar por la ilusión de tener algo distinto.
Esta búsqueda se volvió una obsesión al grado de poner en segundo plano la consecuencia de esta decisión, al poner en riesgo a mi familia, al restringirlos de un estilo de vida que ya estaban disfrutando y al dejar de escuchar a todas las voces disidentes que me decían que estaba loco.
He sido ingenuo. Porque permití que clientes, proveedores, colaboradores, amistades, conocidos, socios, colegas, competidores y conocidos se aprovecharan y sacaran ventaja de mí.
Permití que me usaran para sus intereses, que abusaran de la confianza que había depositado en ellos, que me engañaran entregándome lo opuesto a lo que esperaba de ellos.
He perdido dinero. Lo he perdido y lo he hecho en cantidades que harían a cualquier emprendedor en mi posición olvidarse de este “sueño guajiro” del emprendimiento.
La culpa mucha veces me atormentó cuando pensaba en todo lo que hubiera hecho con ese dinero si lo hubiera invertido en mi familia.
He sido un cobarde. Dudé de mí, de poder sacar adelante a mi familia, de intentar algo completamente nuevo.
Me avergoncé de lo que estaba haciendo, de lo que soñaba, de lo que quería cambiar y esto provocó que por un tiempo me escondiera de mi familia, de mis amistades y si hubiera podido de mi mismo.
Esto es lo que aprendí.
Estos errores me han enseñado mucho y lejos de hacerme desistir, me han preparado para seguir adelante con más fuerza y también con más inteligencia.
Aprendí que no se trata de mí ni del dinero, sino de las razones y/o personas por las que has tomado la decisión de emprender.
Siempre hay un porqué, aunque lo que esté sucediendo no parezca tener sentido, hay una lección oculta que espera la descubras.
La perfección estorba; y esto no implica que no busquemos la excelencia, más bien advierte que no debemos detenernos por ella ni desistir si cometemos errores.
El miedo no desaparecerá jamás, por lo que aprender a convivir y apoyarse en el miedo es algo que ayudará mucho a tu emprendimiento.
Debes seguir en el camino, porque todas las respuestas que necesitas están ahí y conforme avances te irás encontrando con las personas, las situaciones y las condiciones que necesitas para llegar a tu destino.
Envíame tus preguntas y comentarios a Podcast@EducayGana.com
El autor es CEO MVP Consulting y creador del podcast Educa y Gana.
www.EducayGana.com