Crisis y liderazgo
Uno de los reconocimientos más valiosos que he obtenido, fue uno concedido por el “liderazgo en tiempos de crisis”; un nuevo competidor entró en nuestro segmento y su estrategia consistió en desmantelar nuestra empresa para armar la suya.
Sin tener un plan completamente armado, el director y yo estuvimos prácticamente “acuartelados” analizando los posibles escenarios y ejecutando, desde ahí las llamadas y acciones durante al menos un par de días; las lecciones que aprendí de esta experiencia fueron:
1.- Reacción a las señales: los colaboradores pueden estar altamente comprometidos con su empresa, pero nunca más que con el bienestar de su familia, por lo que, si existe una percepción de un beneficio sustancial en alguna otra empresa la buscarán, o al menos la explorarán. (En aquella experiencia, la oferta les duplicaba el ingreso). Cuando nos enteramos del primer caso que voluntariamente llegó a nosotros; entendimos que si le ofrecieron a uno podían haberlo hecho con varios más, por lo que activamente empezamos a llamar a cada uno de ellos.
2.- Enfrentar la nueva situación como tu realidad: tal vez este fue el momento más intenso de toda la experiencia vivida, nuestra realidad era que nuestro personal tenía una propuesta muy atractiva fuera de la empresa, y estaba en sus manos el razonar que era tan atractiva que no podía ser genuina, nuestro trabajo era con cabeza fría y respetando su libertad, tratar de hacerles ver el escenario completo; cada vez que confirmamos una baja, de manera inmediata armábamos el plan para cubrir su posición y avanzábamos a la siguiente persona clave.
3.- Informar adecuadamente, en fondo y forma, a los involucrados en la situación: Nuestra reacción fue explicar uno por uno a los colaboradores que era obvio que esto formaba parte de una estrategia para entrar al mercado de manera acelerada y que no era sostenible en el tiempo (lo que quedó demostrado pocos meses después con los pocos colaboradores que si se fueron), ellos tenían la elección, pero necesitaban elementos de parte de la empresa para poder comparar y tomar una decisión.
4.- Recuento de los cambios: Una vez pasada la amenaza, de nuevo analizar el impacto del evento, redefinir las estrategias de mediano plazo y regresar lo antes posible al objetivo central de la organización.
5.- Trabajo en equipo: Sobre todas las anteriores, lo fundamental fue identificar los liderazgos positivos hacia dentro de la organización; fue muy importante reforzar su percepción, agradecer su compromiso y apoyar sus iniciativas; fue muy valioso para ellos y la empresa que sus ideas fueran escuchadas y que se les diera la confianza para la ejecución de las acciones.
6.- Agradecimiento: Una vez pasada la amenaza, sí dieron incrementos de sueldo simbólicos en muestra de agradecimiento y reconocimiento a la lealtad, y en algunos casos se dieron promociones de acenso, basadas en su liderazgo. Si es de su interés saber qué tanto nos afectó, podemos decir que la empresa retuvo al 92% de los empleados y en general, y al 80% de la fuerza de ventas. Fue un golpe importante, pero no fue un retroceso, y nos permitió afinar nuestras estrategias y esquemas para quedar más fortalecidos para futuros eventos. ¡Hasta la próxima!
El autor es Director general de 3TC Consulting
eduardo.estrada@3tcconsulting.com