El descontrol en la organización
Todo descontrol tiene un punto de partida en lo particular y diseminado en lo general.
Hay técnicas especiales para encontrar el origen que, por el simple hecho de presentarse, sirve para que la organización se retroalimente y aprenda de sus errores, pues el daño ya está hecho.
También hay metodología para el tratamiento de descontroles en lo general, el estudio de sus causas y efectos, así como la planeación y manejo en lo económico, (de economía: menor costo posible y mayores resultados), en cuanto a soluciones se refiere.
Esto lo veremos cuando abundemos en el cómo destrozar, desmembrar, vapulear o matar una organización.
Los descontroles cuentan a su vez con factores endógenos y exógenos (concepto de endógeno: de “endo” en el sentido de “dentro” y “gen” como origen, se acuñó el adjetivo endógeno, que denota que algo surge de sí mismo, de causas internas, o es propio de sí.
Lo opuesto es exógeno.) de tal manera que los más recurrentes son al interior y tienen que ver con la comunicación en gran medida.
Y dentro de la comunicación hay ruidos que la alteran de tal forma que el mensaje final no es el que se buscaba originalmente transmitir.
Ejemplos hay muchos: la solución a este problema es la utilización de lo escrito, tal vez no en todas las comunicaciones, pero sí en las más importantes, de tal forma que será posible encontrar al culpable en caso de caerse en una irresponsabilidad.
¿Recuerda que en las películas de antaño se veía por los pasillos de una empresa grande una persona empujando un carrito lleno de correspondencia?, pues era con ese fin, de mantener la comunicación adecuada con las personas adecuadas.
Claro que también existe la comunicación corpórea y de integración de valores, razón por la cual la persona transmite mensajes a través de su vestimenta, actitud y comportamiento externo, y la organización sabe que su forma de ser debe estar de acuerdo con lo que pregona.
Se debe estar en sintonía para que el ejemplo arrastre por sí solo.
Otra causa de descontrol es al momento de las premiaciones y los ascensos.
Por regla natural los seres humanos tenemos el gen que busca el reconocimiento como primer factor de vida y siempre surgirán inquietudes, pues por lo general los que cuentan con mayor experiencia buscan brincar a jefes.
Sin embargo, existe una especie de constante que quienes definen esa situación suelen utilizar la consigna de dar mayor preferencia a la lealtad que a la capacidad, y en ese tenor toman la decisión, claro, con las consecuencias de ello.
De tal manera que de no lograrse una operación pronta de reparación de daños, suelen suscitarse descontroles cuyo tamaño dependerá de su atención.
En cuanto a los factores exógenos, por lo general existe una planeación básica o profunda, y cuando la organización es la víctima, suele salir fortalecida en un tiempo determinado, siempre y cuando los ataques de los enemigos se presenten cuando la organización se encuentre fuerte, sana y estable.
El autor es periodista con más de 30 años de experiencia en medios escritos y de Internet, cuenta con licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública.
Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de CEO, Consultoría Especializada en Organizaciones…
Cuando la unión de esfuerzos no es suficiente.
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