El director y su rol en la organización
Eduardo Estrada escribe: En mis sesiones de acompañamiento, de manera cotidiana observo muy de cerca el trabajo de directores de empresas de distintos tamaños, giros, edades y estilos; es apasionante observarlos, llevar con gran responsabilidad el resultado de la organización, teniendo que ser además de soporte e inspiración, líder y guía de equipo, para que éstos a su vez, puedan llevar al equipo a su cargo a alcanzar el éxito de la organización.
Pero, y esta dinámica ¿qué tan sencilla es en realidad? ¿Qué hace la diferencia entre una empresa en la que se logran resultados?
En realidad, son muchos factores los que influyen, sin embargo, uno fundamental es la comunicación del director hacia su equipo.
En cualquier organización tendremos recursos que están a disposición del director para lograr los objetivos empresariales:
edificio, maquinaria, inventario de mercancías, capital, sistemas… y personal, este último, malamente llamado también “recurso”.
Recuerdo que hace ya algunos años, en alguna sesión de entrenamiento a mandos medios, explicaba el instructor, “contratas dos manos, y el cerebro ya viene incluido”; yo agregaría: ¡también un corazón! Puede sonar romántico, pero es un tema completamente humano, funciona en el hogar como en la empresa (que para muchos es su primer hogar) y en mi opinión, es aquí donde empiezan las grandes diferencias entre los estilos de dirigir, (y de dar o no resultados).
Se necesita de las personas en la organización para alcanzarlos, son las que hacen que las cosas pasen, ¿obvio? No tanto en la realidad, y éste es uno de los principales problemas que enfrenta un director: primero, deja de ver a las personas como personas y descuida su comunicación hacia dentro de la organización, y al hacerlo, se olvida primero del corazón de su equipo, luego del cerebro y termina viendo sólo las manos, termina viéndolos como un recurso.
El director debe cuidar su comunicación verbal, esto es, no puede darse el lujo de asumir que sus mensajes fueron claros, debe validarlos, debe de aprender a hacer sus pedidos claros; objetivo, plazo, condición de satisfacción, y muy importante debe dar seguimiento a instrucciones, para evitar errores por interpretaciones; esto en cuanto a comunicación verbal.
¿Qué hay de la no verbal? ¡pues es más fuerte aún! Ya que ésta influye de manera drástica en una de las principales responsabilidades del director, la inspiración de su equipo, es aquí donde el director logra el involucramiento de cerebro y corazón.
El cuidar de la imagen directiva es tal vez la tarea más difícil de un director, y un director que no lo parece difícilmente lo es, y si la empresa no tiene un director completo en funciones, entonces será muy complicado lograr que el equipo de colaboradores funcione de manera adecuada y en dirección correcta, ya que aun con instrucciones claras, al no haber inspiración, faltan la creatividad y orgullo por los resultados de la empresa, que son un común denominador en las empresas exitosas.
Así que, si eres un director, es importante analizar qué tan bien estás comunicándote con tu equipo y cuidando la figura del director dentro de la organización; ya que estos dos factores influyen bastante en el rumbo y ritmo en el que se avanza hacia los resultados.
¡Hasta la próxima!
EDUARDO ESTRADA.
El autor es consultor empresarial, Coach directivo, Capacitador Internacional.