El estigma de personas con trastornos mentales
Justo García Yébenes menciona que “uno es humano en tanto haya alguien que nos siga mirando como ser humano y nos reconozca como tal”.
En nuestra sociedad, el tema de salud mental y trastornos de personalidad es un asunto del cual, por lo general, no se habla.
Todos sabemos que existen los hospitales psiquiátricos, pero parece una parte social de la que nadie se preocupa.
Existen muchas creencias falsas acerca de las enfermedades mentales; el estigma que rodea a las personas se nutre de mitos que perpetúan la idea que padecer una enfermedad de este tipo; en ocasiones parece incompatible con la integración a la sociedad, pero esto no es del todo real.
Algunas enfermedades mentales no tienen cura, pero afortunadamente tienen remedio.
Si a un enfermo se le diagnostica y da el tratamiento correcto, se le pueden dar los recursos necesarios para que en un futuro logre tener una mejor calidad de vida y la convivencia sea funcional, tanto para ellos como para la familia y sociedad.
Sin embargo, también es uno de los pasos más difíciles, porque la enfermedad mental sigue siendo con frecuencia ocultada y a veces, un problema que jamás se trata por vergüenza o ideas de la familia.
Lo diferente sigue causando temor a una parte de la sociedad, pero a pesar de tantos estudios aún no se logra definir de manera clara lo que es la normalidad.
El desconocimiento y la discriminación siguen siendo problemas importantes, debido a que son la principal barrera que viven las personas con problemas mentales.
La Organización Mundial de la Salud menciona que la salud mental es más bien un conjunto de funciones y no una entidad orgánica, por lo que es injustificado atribuirle la calificación de “sano” o “enfermo”.
De la mentalidad debe reconocerse que cuando su funcionamiento es anormal, no son las funciones las que se enferman, sino las estructuras orgánicas, es sustrato corporal de la que tales funciones dependen.
La OMS calcula que en 2020 la depresión será la primera causa de discapacidad en el mundo.
En México 1 de cada 4 adultos, entre 18 y 64 años, tuvo un trastorno mental a lo largo de su vida, lo que deriva en algunos casos de sufrimiento y discapacidad, expuesto por Rebeca Robles, miembro del Instituto Nacional de Psiquiatría.
¿Cómo podemos ayudar a las personas con estos trastornos? Como profesionales y sociedad sería elaborar estrategias de prevención, alertar a la población acerca de las características de los trastornos, elaborar un modelo de atención donde se trabaje de manera multidisciplinaria e involucrar a la sociedad en algunos planes de acción.
Además, a través de un voluntariado, preparar a los profesionales de la salud desde la sensibilización y empatía, para que puedan acompañar a estas personas en su proceso de recuperación.