El orden en nuestros documentos legales

La autora es Maestra en Derecho Internacional Privado por la Universidad de Sonora.

Inició el último trimestre del año y como todos lo sentimos, éste se va volando, pero es buen tiempo que podemos emplear en hacer una revisión de todos los “pendientes” que tenemos y sin duda encontraremos “un asunto legal” que no hemos resuelto.

Podemos iniciar haciendo una revisión de nuestros documentos: Actas de nacimiento, actas de matrimonio, que si nos ponemos a leer con detenimiento es probable que encontremos algún error ortográfico, apellidos invertidos, abreviaturas en los nombres, error en alguna fecha asentada, error en el orden indicado de nacimiento y esto que no arreglamos en su momento, puede traernos alguna dificultad en el futuro cuando tengamos que efectuar una gestión o contrato.

También es aconsejable que revisemos con lupa nuestras escrituras o títulos de propiedad de los inmuebles que tengamos, para cerciorarnos que todo está correcto: Nuestros nombres, nuestro régimen de matrimonio, la ubicación y nomenclatura de la propiedad, la superficie, medidas y colindancias del terreno, puede ser que hayamos comprado una propiedad, pero siga estando a nombre del anterior dueño.

Si somos accionistas o socios de una empresa debemos revisar que efectivamente tengamos los títulos accionarios o los certificados de aportación porque estos documentos son los idóneos para comprobar que somos accionistas o socios y poder reclamar derechos y utilidades; ahora bien, si tenemos un negocio revisémoslo también, veamos si tenemos una marca registrada a nuestro nombre para usarla en forma exclusiva, ¿tenemos los contratos laborales de nuestros colaboradores vigentes?, ¿estamos al corriente en el pago de nuestros impuestos?

Sigamos y revisemos nuestros contratos de crédito, ¿ya terminamos de pagar el crédito?, solicitemos la cancelación de hipoteca hasta inscribirla en el Registro Público de la Propiedad, leamos las pólizas de gastos médicos, de seguros de vida, seguros contra robos de casas, edificios, vehículos, contratos de cuenta bancarios e inversiones y así revisemos todos y cada uno de los documentos.

Si todo está correcto y en los términos que nosotros deseamos, no tenemos nada de qué preocuparnos, únicamente de tener todo a la mano y en un solo lugar, pero si encontramos algún error o equivocación, algo que no esté al corriente, entonces tomemos acción y hagamos lo necesario para rectificar, démosle seguimiento a nuestros asuntos, recuerde que lo que no hagamos por nosotros, nadie más lo hará.

Cada uno somos el propio interesado, así que pongamos manos a la obra y consultemos a los expertos en el tema, hagamos cita con el notario más cercano o de más confianza para que nos asesore y oriente sobre cómo poner en orden o rectificar nuestros documentos, acudamos con el funcionario bancario cuando tengamos dudas o inquietudes sobre nuestras cuentas bancarias y sus beneficiarios, vayamos con nuestro agente de seguros para que nos oriente en todo lo que tengamos duda acerca de nuestras pólizas, visitemos a nuestro abogado, a nuestro contador, a nuestro asesor fiscal.

No esperemos al momento en que necesitemos esos documentos, porque el tiempo se volverá apremiante y en consecuencia, nos costará más el proceso que tengamos que realizar para rectificarlos u obtenerlos.

Aprendamos a conocer los trámites legales que tenemos que llevar a cabo para asegurar nuestra identidad y patrimonio, si lo hacemos con tiempo y no cuando sea “urgente”, estaremos ahorrándonos mucho dinero, pero sobre todo tendremos algo invaluable que es la tranquilidad que nos brinda la seguridad jurídica de que todo está en orden.

La autora es Maestra en Derecho Internacional Privado por la Universidad de Sonora, titular de la Notaría Pública número 106 en Hermosillo, Sonora, Presidenta de Consejo de Business Partners y Vicepresidenta de Consejo de Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias Amexme, Capítulo Hermosillo, A.C.