El trabajo perfecto
Desde niños teníamos siempre la ilusión del trabajo perfecto, aquel que con nuestros héroes infantiles determinábamos como el mejor: ser bombero, médico o policía, entre otros, era nuestra
fantasía e ilusión, no interesaba cuánto ganaban, lo que interesaba era lo que representaban ante nosotros y no lo material que pasaba en aquel momento a segundo termino, pero seguíamos creciendo y se nos iba pasando esa ilusión de ese trabajo e iniciábamos con pensamientos más adultos, ya veíamos de una forma más madura en qué nos gustaría trabajar, siempre o casi siempre como empleado y no como empresario, porque era difícil pensar en la secundaria o preparatoria que pudiéramos ser propietarios de algún negocio o empresa, era más que nada entrar en la preparatoria y esperar con cierto nerviosismo la evaluación vocacional que nos hacían para determinar nuestras habilidades y lo que nos recomendarían como una carrera exitosa.
¿Pero qué pasaba?, la evaluación por alguna razón, nos decía que podíamos ser un gran piloto aviador o alguna carrera extraña de aquellos tiempos, salías corriendo a casa a contarle a tus papás la evaluación y ¡tómala, estréllate en la pared!, como piloto u otra carrera tus papás determinaban que no era lo que te convenía en ese momento, dale dos pasitos para atrás, mucho riesgo o no te conviene, definitivamente no es una carrera que pueda llegar a desarrollarte como se debe, así que tus papás llegaban con la condicionante bien puesta: ¿quieres ser eso que me dices?
Ok, pero primero terminas una carrera universitaria y después estudias lo que tú quieras, y pues a estudiar con la ilusión de algún día tomar esa segunda carrera que tanto te dijeron tenías aptitudes, y eso la verdad casi nunca pasa, siempre terminas tu carrera, empiezas tu relación laboral y ahí concluye la ilusión, empiezas con tus compromisos de toda índole y continúas en el trabajo que consideraste era el mejor en ese momento para ti.
Perolas cosas han cambiado considerablemente, los años han disminuido esa presión de los padres a determinar o condicionar algún tipo de carrera para los hijos, son más libres de hacerlo y
la verdad para mi punto de vista es lo mejor, tal vez no exista el trabajo perfecto, pero sí existe el trabajo que nos satisface ejercer, que nos hace sentir orgullosos al realizarlo, sentirnos útiles y que cada día nos desarrolla como persona. Por eso es importante saber qué queremos hacer, dónde nos gustaría participar económicamente y gozar lo mejor que se pueda, cuando haces algo que disfrutas no existe agotamiento, el estrés es controlable y el crecimiento indiscutible.
Esta semana en nuestra sesión de Business Partner nuestra presidenta María Fernanda Rodríguez (@Ferrotekmx) nos hizo una pregunta del todo interesante y profunda: con base en nuestra
experiencia ¿qué le pudiéramos decir a los nuevos emprendedores para aminorar el riesgo en su éxito? y casi todos coincidimos en manifestar que se debe mantener una capacitación constante, tener siempre una lectura profunda, planeación constante, objetivos bien establecidos, y sobre todo pasión por lo que se hace. Esto, jóvenes, deben tener en cuenta para aminorar el riesgo y llegar a donde quieran llegar.
El autor es empresario independiente, Licenciado en Administración de Empresas, con Maestría en Negocios Internacionales.
fsgalvez@prodigy.net.mx