El vino: Una bebida para todos
El vino es la bebida alcohólica más antigua del mundo. Se han encontrado instrumentos para la producción de vino que resalen a la época de los egipcios, sin embargo, su historia llega aún más lejos.
El vino siempre nos hace viajar, en esta ocasión nos iremos hasta los inicios de la civilización. Imaginémonos en ese contexto, aún no conocemos lo que es la fermentación ni siquiera sabemos que existe el alcohol ni tampoco la gastronomía, nos alimentamos solamente con lo que la naturaleza nos ofrece.
Encontramos entonces una planta con frutos muy similares a lo que es hoy en día la uva. En ese entonces, como la gran mayoría de los animales, nos basamos principalmente en nuestro olfato para saber si algo es comestible o no. Olemos la fruta y decidimos comerla, tiene un sabor dulce (es el primer sabor que aceptamos como seres humanos al nacer), nos gusta, entonces lo recolectamos y de alguna manera lo transportamos.
Por algún motivo u otro, los frutos se empiezan a aplastar, provocando una fermentación natural (levaduras silvestres + azúcar = alcohol), nos da hambre y nos comemos todo. ¿Qué es lo que sigue? Nos empezamos a sentir diferente, “más cercanos a los dioses”, la verdad es que estamos borrachos, pero no sabemos que eso existe.
Desde entonces el vino siempre se ha relacionado con los dioses, en todas las culturas ha habido dioses del vino, Osiris y Dioniso por nombrar un par. Es por ello por lo que el vino se ha relacionado con la alta sociedad, como “bebida premium” o “muy elegante”.
El vino es una bebida para todos, la variedad es tan grande que es imposible que no exista un vino que no nos conquiste, no importa el precio ni la región ni la uva, el mejor vino es el que más disfrutamos, para eso existe, es el perfecto acompañante para cada ocasión, cuando estamos solos, con amigos o en familia, el vino tiene tanta historia como toda nuestra civilización, y desde entonces nos ha acompañado en cada momento de nuestra historia, es la bebida más noble y honesta que podemos encontrar.
Eliminemos esa percepción, no nos dejemos influenciar por marcas, regiones, uvas, probemos sin prejuicios hasta encontrar ese perfil de vino que más nos gusta, cada vino es un viaje, nos transporta a su tierra, viajemos todos los días hasta encontrar nuestro hogar ideal.
El autor es Sommelier D’Gusto Vino
carlosfminjares@dgustovino.com
Instagram: @winemanmx