El virus del celular (phubbing)
El confinamiento dictado por las autoridades para la reducción en la propagación de los contagios ha favorecido que pasemos mayor tiempo frente al celular, tiempo que antes invertíamos, en convivir presencialmente en la escuela, hacer ejercicio, convivir en la oficina, con amigos, etc.
¿Qué tiene esto de malo?
Mucho, ya que estamos entrando en un proceso de despersonalización de la comunicación, esto es, que es empezamos realmente a centrar la interacción en lo virtual y la presencial queda como ocasional, cuando solía ser del modo inverso, es decir, que la interacción virtual servía de extensión o complemento a lo experimentado presencialmente.
Además, el efecto nocivo de pasar tantas horas frente al celular no sólo es social, sino que también físico, ya que al pasar tantas horas acostados o sedentarios se favorece la obesidad y psicológico, está demostrado que con el uso prolongado de ver contenidos, principalmente videos en celular, el cerebro pierde su capacidad creativa y de retención, y además empezamos a formar una dependencia de las interacciones con personajes de redes sociales que no son reales, o al menos no lo son en el entorno al que puede acceder el usuario.
Como ejemplo del nivel de adicción que la mayoría tenemos, recientes estudios estiman que desbloqueamos el teléfono de 120 a 150 veces en el día, ya sea por notificaciones (interrupciones) o simplemente por este impulso de revisar lo que está pasando en las diferentes redes o plataformas, por un temor subyacente a estar “desinformado”.
Hay países como Italia que ya están trabajando en su legislación para hacer una mayor conciencia de los perjuicios de pasar tanto tiempo frente a la pantalla, y otros como Indonesia, trabajando en dispositivos que ayudan al “paciente” a tratar su enfermedad, como unas bandas que miden los niveles de oxigenación y ritmo cardiaco para detectar el momento en que estos se salen de la zona saludable, alertar al portador que es hora de activarse.
Tal vez el efecto mas preocupante es el conocido como “phubbing”, que etimológicamente proviene de “phone” (teléfono) y de “snubbing” (desaire), y básicamente se refiere a una práctica que lamentablemente empieza a ser tolerada, que es la necesidad de revisar el teléfono mientras sostienes una conversación con otra u otras personas, ya sea en presencia o virtual, es decir, “el desaire” a las personas para privilegiar el contacto por el teléfono, no hablemos de lo peligroso que es cuando lo “presencial” es manejar, operar equipo pesado, incluso cuando estas distracciones de la realidad interfieren con el resultado laboral, al hacer envíos, cobros, transacciones, y hasta reportes de manera incorrecta, que en ocasiones llevan hasta al despido.
Debemos pues hacernos responsables tanto de nosotros mismos como de las personas en las que tenemos influencia, tanto en la casa como en el trabajo y poner en práctica (a nivel personal y grupal) medidas que nos ayuden a lograr un sano equilibrio entre los dos ámbitos, el presencial y el virtual, que ese equilibrio nos haga mejores personas y, por ende, mejores colaboradores y ejemplo para la sociedad en general.
¡Hasta la próxima!
El autor es consultor y director de 3TCConsulting.
eduardo.estrada@3tcconsulting.com