Jóvenes agentes de cambio
La sociedad está viviendo una transición muy relevante, algo que nos genera interés y nos despierta necesidades al mismo tiempo que nos propone oportunidades.
Sin duda uno de los retos es que a medida que estamos creciendo y desarrollándonos también están aumentando las diferentes problemáticas sociales en las que todos estamos envueltos y somos responsables de forma directa.
Como jóvenes, me queda claro que tenemos la responsabilidad de tomar acción, una acción en la era millennial y en la era digital.
Pertenecemos a una generación que se le ha hecho llamar “generación desechable” enfocados en la autorrealización, según el último reporte de periódicos de la Unión Europea en el que hacen énfasis en cómo los jóvenes hemos realizado una metamorfosis que nos conecta más por bluetooth que por emociones.
Dentro de todas las responsabilidades que tenemos como jóvenes, y en mi experiencia en la labor altruista que he desarrollado durante casi 10 años, he podido percatarme de que las necesidades aumentan y el número de voluntarios que se suman más allá de dar likes y atravesar la iniciativa entre pantallas de computadoras y celulares disminuye, sin embargo hay esperanza porque el futuro nos preocupa, las relaciones personales nos preocupan sobre todo porque nos afectan, nos afecta a medida que no podemos encontrar un criterio o claridad dentro del mundo que nos envuelve con tanta información y con poco carácter para tomar una decisión asertiva.
Aun así, dentro de todos estos retos que actualmente tenemos existe una población a la que se le ha llamado: agentes de cambio.
Jóvenes que actuamos conforme a nuestras convicciones, ideas, sentimientos y que somos creadores de soluciones y propuestas sostenibles.
En Sonora hay unas 120 organizaciones sociales encabezadas por jóvenes, quienes a su vez representan a una comunidad mayor a 1,700 integrantes que realizan, desde sus movimientos, acciones positivas de manera local.
Hay algo que tenemos en común como agentes de cambio, todos queremos un mejor país, una mejor ciudad y una mejor calidad de vida.
Creo firmemente que las oportunidades siempre han existido, pero hoy más que nunca tenemos a nuestro alcance el mundo entero a través de la tecnología, la que a su vez se vuelve nuestro primer distractor y nuestro primer enemigo si no la controlamos y la usamos de manera correcta.
El emprendimiento social está en cada persona que cree firmemente en una idea que beneficia a una población, en la que apuesta por una mejor calidad de vida, en la que se compromete a dejar un mundo mejor, a ser y hacer el cambio.
A tomar una acción responsable que nos comprometa a todos.
El espacio siempre ha estado abierto para quienes desean ayudar y puedo concluir que esta generación también quiere trabajar en equipo y estamos preocupados por las problemáticas sociales a nivel mundial.
Yo no trato de inspirar o motivar, invito a los jóvenes a tomar acción y comprometerse con alguna causa, lo que me mueve siempre serán las ganas que tengo de ayudar.
Todos podemos ser un agente de cambio, sólo es cuestión de tomar la decisión y comenzar a hacerlo.
Julia Castro
Es licenciada en Comunicación Corporativa, Maestra en Derecho Corporativo por la Universidad Lasalle Noroeste. Es escritora y autora del libro: Las Cartas de Julia.