La familia
La familia, según la declaración universal de los Derechos Humanos, “es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad, tienen derecho a la protección de la sociedad y del estado”.
Es el lugar donde los miembros nacen, se educan y desarrollan.
La familia está fundamentada en la pareja, que es mucho más que una unidad legal, social o económica.
Últimamente he estado recibiendo de una manera ascendente a familias que vienen buscando terapia, empieza el problema con alguno de los hijos o miembro de la pareja, y terminan involucrados todos, esto sucede porque la familia es un sistema, es como un motor en donde todos los engranes tienen que moverse para que funcione y si uno de ellos se detiene hay que revisar, reparar e incluso incluir piezas que nos ayuden a retomar lo que se detuvo o descompuso.
En la vida de las familias, se entrelazan el pasado, presente y futuro. Cuando una pareja decide compartir su vida junta, se unen entre ellas experiencias, sobre todo lo que hemos vivido con la familia de origen o relaciones de pareja del pasado.
Es muy común mencionar el hecho de que “nosotros no vamos a vivir lo que pasaba con nuestras familias”, “yo no seré como mi mamá”, “yo sí dejaré que mis hijos salgan”.
Sin embargo con frecuencia se repiten los modelos de relación, los patrones conductuales, tradiciones, creencias, introyectos, de tal forma que a lo que más te resistías es lo que terminas repitiendo, en otro contexto y con otras personas.
Por eso es importante que los miembros de una pareja tomen conciencia de las formas de ser que provocan insatisfacción en su familia, que sean capaces de “cortar” con esos patrones de los padres vinculados a esta insatisfacción y de “repararlos” en su familia.
Para permitir a las nuevas generaciones un desarrollo más sano.
¿De quién aprende un hombre a ser “hombre”, hijo, pareja, esposo, amigo, padre?
Generalmente del padre o de la figura masculina con la que creció, y viceversa, una mujer aprende a ser esposa, hija, amiga, pareja, esposa, “mujer”, con su madre, con este modelo con el que crecemos, en algunos casos, toman la experiencia y pueden hacerlo diferente, sin embargo, es común ver que la pareja que eliges es como alguno de los modelos parentales con los que viviste o fuiste criado, ya que es donde te sientes seguro, donde recuerdo “el nido”, esto es, elijo como hombre a una mujer muy parecida a mamá, porque es lo que conozco y como mujer a un hombre con las características de papá (el famoso Edipo, Sigmund Freud), ya que es el “modelo” con el que crecí.
(Algunos elijen totalmente lo contrario).
De tal modo que se van creando estilos personales o familiares en donde algunos ciclos se repiten y muchos aspectos aparecen una y otra vez, de generación en generación.
La vida en familia como toda la vida, está llena de “bombones y tamarindos”, esto es de momentos dulces y amargos, tristezas, alegrías, penas, pérdidas, ganancias, plenitud, esperanza, viajes, abundancia, carencias, un sinfín de situaciones que vivimos día a día, la familia es una aventura donde “todo puede suceder”, a veces, quieres seguridad de algo, sin embargo, es tomar el riesgo y vivir, sólo eso.
No se puede predecir el futuro pero sí podemos construir este presente para poder ver qué quieres vivir más adelante.
La autora es Licenciada en Psicología.
psic.gladys12@gmail.com