La felicidad es para personas eruditas

El autor es Escritor, Networker y Conferencista en SB3.

Dicen que el objetivo más importante de la vida es ser felices. Eso tiene bastante lógica, pero al plantearlo de esa manera, hace pensar en ello como si la felicidad fuera casi inalcanzable.

E incluso se ha mitificado que la felicidad es para personas místicas, eruditas, espirituales, etc., y que tienen que aislarse y pasar procesos difíciles para encontrarla. Pero eso no es necesariamente cierto. Hay una dinámica que probablemente conoces, donde una persona toma una hoja en blanco y dibuja un puntito en medio y les pregunta a  las personas que si qué es lo que ven ahí.

La mayoría responden que un puntito. En ese momento la persona de la hoja agrega que es correcto decir que hay un puntito, pero que al solo eso, están ignorando el resto de la hoja, todo lo blanco. La metáfora es que lo blanco  es lo bueno de nuestras vidas, y el puntito representa lo malo, y que, aunque es más lo bueno, nos enfocamos tanto en lo malo que terminamos ignorando

lo bueno.

Es como la frase que he compartido en diferentes notas: En lo que te enfocas se expande, y en lo que no, se debilita por falta de atención. La mayoría de las personas somos felices todos los días,

pero obviamos esos momentos de felicidad, nos enfocamos en los "puntitos" y decimos que somos infelices.

La felicidad al igual que la vida, no es un todo, es una acumulación de momentos. Cuántos más momentos felices, más felices somos. Y te pregunto,  ¿En qué momentos eres feliz y/o sientes placer cada día? Pueden ser muchas cosas: abrazar a  tus personas queridas; oler y/o degustar una comida o bebida muy rica; estirarte; ir al baño; ver un buen meme; leer algo bueno (esta nota, por ejemplo); escuchar una canción; bañarte; hablar con una persona que te agrada, etcétera. ¿Qué otros momentos cotidianos agregarías?

El detalle es que, a causa de los "puntitos", dejamos de vivir en el presente, dejamos de disfrutar esos momentos. Como dijo Borges en su poema Instantes, durante su vida tuvo momentos de alegría, pero que si pudiera volver atrás, trataría de tener solamente buenos momentos. Me atrevo a decir que aun si su vida hubiera sido exactamente igual, pero su atención hubiera estado en los momentos agradables, él sentiría que sí tuvo más momentos felices. Con esto no quiero decir que ignores lo malo, lo malo que ignoras se agrava. Pero incluso a lo malo, visto desde un estado

emocional de paz, se le encuentra un sentido diferente al que  se le encuentra desde un estado de preocupación.

Para ser más felices, no nos falta más felicidad, sino consciencia. Conforme más conscientes seamos, más disfrutaremos, y más felicidad llegará a nuestras vidas.

El autor es Escritor, Networker y Conferencista en SB3.

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