La generación de ‘tesoritos’
Aclaro que no me gusta el término, pero hace unos días me envió mensaje una persona que “conocí” gracias a escribir en eComunidad, llamémosle “TF”, y me sugirió el tema de los “tesoritos” que, según su definición, son los y las jóvenes de más de 30 años, que tuvieron bastantes facilidades y que, en su mayoría, cuentan con una carrera terminada, pero siguen viviendo en casa de sus padres, sin que se les noten las ganas de crearse un futuro propio.
“TF” me comentó que este tipo de comportamientos tiende a reducir los niveles de progesterona en las mujeres y testosterona en los hombres, lo cual afecta, entre otras cosas, el carácter y el ánimo.
Sinceramente desconozco sobre temas hormonales y todo eso, pero hay cosas que sí sé. En este breve espacio me limitaré a ser empático por experiencias propias. Yo terminé mi carrera a los 21,
pero fui “nini” hasta los 24, pasándomela de fiesta en fiesta y sin poner demasiado interés en mi futuro porque, según yo, no podía hacer nada al respecto, a pesar de que muchas veces salía
de fiesta sólo para escaparme un poquito de mi realidad, que a veces se tornaba deprimente.
No es de extrañar, considerando que el dinero y la autoestima suelen estar muy conectados. La falta de dinero, puede generar sentimientos de impotencia y frustración. La principal motivación para “cortar el cordón” es poder ganar dinero propio, pero está difícil conseguir trabajo y, aparte, el ego que da un título universitario, no motiva a empezar a trabajar en algo donde no se ejerza
y/o si la paga es mala.
Y cuando alguien consigue trabajo en el lugar que vive con sus padres, el simple hecho de pensar en todos los gastos, las responsabilidades y las incomodidades que resultan de independizarse, hacen que esa idea quede descartada. Otro detalle es que, cuando a alguien le queda dinero libre, generalmente busca cómo gastárselo. El dinero apenas alcanza y, en muchos casos, hasta falta.
Entonces, aunque a veces sientan la necesidad de construir su futuro, sacando cuentas, se resignan. La verdad es que no existen los escenarios blancos o negros, todos son grises. Cualquier
posición tendrá sus pros y contras. Mientras sean “tesoritos”, tendrán muchas ventajas, pero también sentirán que les falta “algo”.
Al independizarse habrá cosas buenas, así como muchas dificultades, retos y se extrañarán las comodidades. Pero el carácter se forja en las dificultades y, al superarlas, se encuentra ese “algo” que llena ese vacío. Además, el sentimiento de gratitud hacia los padres aumentará, ya que las cosas que antes se daban por hechas, se empiezan a valorar.
Cierro diciéndote que si eres feliz, ¡quédate así! Pero si sientes ganas y te detiene el miedo, ¡hazlo con todo y miedo! ¡Eres capaz de eso y más! No me creas a mí, ¡ponte a prueba!
El autor es escritor, capacitador, networker, conferencista y life coach en SB3.
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