La histórica misoginia
“Profe, entre los hombres y las mujeres ¿quiénes son los más inteligentes?”
Preguntó Óscar, un carismático catracho, de 17 años de edad, a la maestra Miriam, quien de inmediato contestó:
“Quien más persevera, las oportunidades las tenemos todos”.
A lo cual Óscar comentó:
“De donde vengo, a los muchachos no les gustaba estudiar”.
La respuesta de la maestra me pareció adecuada, sólo para ese momento, pues sonaba casi un slogan, sin embargo, provocó más preguntas que habría que explorar: ¿será verdad que las oportunidades de salir adelante en la vida son iguales para hombres y mujeres?
Quizás esa respuesta pudiera aplicarse a otros países, pero, ¿sería justo aplicarla para Latinoamérica?
La pregunta resonaba en la sala Lian Karp de El Colegio de Sonora y más cuando ese día de asesorías para niños, niñas y adolescentes migrantes teníamos sentada en la mesa a una hermosa jovencita centroamericana de 17 años, originaria de Francisco Morazán, en Honduras, cargando a su hijo de 1 año.
En Honduras, más de 175 mil estudiantes han dejado las aulas escolares de 2016 a 2019.
Catedráticos de ese país han declarado que se vive una severa crisis educativa.
Posteriormente, la maestra Miriam presentó un video a los niños, niñas y adolescentes de las asesorías llamado:
“Haz que las niñas puedan”.
Mientras el bebé se turnaba de brazos entre los presentes, incluyéndome (quizás ya estoy abueleando), se habló de los estereotipos de géneros y de la igualdad entre hombres y mujeres.
Después del video hubo una pequeña discusión sobre el tema. Óscar dijo:
“Somos iguales, pero de diferente carácter”; Raúl comentó:
“Los hombres se enojan y las mujeres también, se atacan entre ellos mismos”.
La conclusión a la que se llegó entre la maestra y ellos fue la necesidad de inculcar valores para el cambio, lo cual se inicia en casa, con papá y mamá.
Considero que nuestros niños, niñas y adolescentes merecen que profundicemos en nuestras respuestas, merecen que los maestros y maestras estemos preparados para responder con una visión histórica, política y social de cómo se han construido las diferencias de género entre hombres y mujeres, de cómo el Estado ha reproducido en sus instituciones ese discurso.
Para concluir, les comparto una frase de Hegel que muestra que la misoginia es histórica.
“La mujer puede ser educada, mas su mente no es adecuada para las ciencias más elevadas, como la Filosofía y algunas artes”: Friedrich Hegel (filósofo e historiador alemán del siglo XIX).
La autora es coordinadora del Seminario Niñez Migrante de El Colegio de Sonora.
gvaldez@colson.edu.mx