La revolución que sigue: Ciudadanos 2.0
El 20 de noviembre se conmemora la Revolución Mexicana, considerada como uno de los acontecimientos políticos y sociales más importantes de nuestro país, pues es en esta fecha que se inicia el movimiento armado para destituir a Porfirio Díaz de la Presidencia.
Estudiar la Revolución es sumamente complejo, pues tuvo su origen en diferentes situaciones: la reelección en siete ocasiones de Porfirio Díaz; el despojo de las tierras a los ejidatarios; la crisis económica, y el descontento general del pueblo de México ante un Gobierno que tomaba las decisiones considerando los intereses de las minorías.
Gracias a este episodio histórico, los mexicanos cada 20 de noviembre podemos gozar un día de asueto; sin embargo, muy pocos nos detenemos a pensar en las causas y consecuencias de la Revolución.
El reacomodo político y social que se logró tras varios años de lucha, contribuyó en la construcción del sistema democrático en el cual vivimos en la actualidad.
Pero, ¿qué tanto aprendimos de este episodio?
La realidad es que es muy poco.
Gran parte de lo que buscaba el movimiento era la reducción de desigualdades entre la población, meta que aún no hemos alcanzado ya que las zonas del país más desarrolladas han incrementado el PIB per cápita los últimos años, mientras que las zonas con mayor rezago no han encontrado las condiciones para crecer.
Adicional a esto, la toma de decisiones en el Gobierno tampoco ha evolucionado.
Si bien hoy se opera en el marco de un sistema democrático, la mayoría de los ciudadanos no participan en la toma de decisiones de los asuntos públicos.
El ejecutivo en todos los niveles de Gobierno (municipal, estatal y federal) diseña los planes de acción desde el escritorio, con consultas simuladas y evitando los procesos participativos.
Tenemos un gran reto en el tema de las consultas ciudadanas, los presupuestos participativos y los observatorios. En 1810 dio inicio la guerra de Independencia; en 1910 la Revolución Mexicana.
Pareciera que cada 100 años este país se reacomoda política y socialmente.
¿Qué sigue?
Desde mi punto de vista, la revolución ciudadana.
Los mexicanos necesitamos entender que el pueblo somos mayoría y que tenemos en nuestras manos la responsabilidad de conducir este barco de manera inteligente.
Necesitamos una nueva generación de ciudadanos 2.0.
Ciudadanos que se involucren en el quehacer del Gobierno: que marquen la pauta, que participen, que cuestionen.
Que aplaudan sólo cuando las cosas se hacen bien y que sean capaces de alzar la voz ante la injusticia y la corrupción.
Ciudadanos que dejen de fingir que no pasa nada, porque la realidad es que estamos frente a un México efervescente que demanda cambios con urgencia.
La autora es profesora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte y Directora de la Agrupación George Papanicolaou Hermosillo.
@PaulaTakashima
paulatakashimaaguilar@gmail.com