La terapia familiar
La vida no es justa, porque no se “ajusta” a lo que quisiéramos. Nacer en una familia, como quiera que sea, es una prueba para todos, sin embargo, lo que marca la diferencia es la forma de lidiar las complejidades de cada ser.
La terapia familiar es donde el problema o alguna situación no se resuelve de manera individual, sino que se considera a todos los miembros, como una unidad. La forma en la que se relacionan
empieza a tener un efecto en uno de sus miembros, pero, cuando empezamos a profundizar en la terapia descubrimos que no es el único.
Como terapeutas, nos centramos en la comunicación, interacción familiar, el cambio, el crecimiento interior y del sistema. Ya que de ahí empieza a llegar la información necesaria para darle un seguimiento a la persona que presenta el “síntoma”.
Es importante abordar cuáles son las creencias, valores, reglas, autoestima y vinculación. Generalmente estos puntos no son algo que está escrito dentro de la familia, sino que son ideas que siempre han estado ahí, pero que, en el momento de empezar a revisarlas, surgen los asuntos inconclusos o ideas que han creado problemas en uno o varios miembros de la familia.
En la familia existen varios roles que se van asumiendo de acuerdo a la comunicación que se emplea:
El aplacador: es la persona que complace a todos, con tal de mantener a todos contentos. El acusador: es la persona que siempre encuentra los errores, produce tensión y puede llegar a
ser un dictador.
El superazonable: es analítico, frio, calmado, evita los sentimientos y trata de encontrar las palabras adecuadas para todo.
El irrelevante: es la persona que se dispersa y habla de modo que nadie le entiende. El tipo funcional: es directo, claro, explica todo y es coherente con lo que dice, piensa y hace.
Si se logra llegar a un nivel alto de honestidad en la familia, para que expresen las emociones tal y como las están viviendo, se logra avanzar mucho en lo que cada miembro de la familia está dispuesto a negociar.
Virginia Satir menciona tres claves para la terapia en la familia:
1. Todas las personas aspiramos a la supervivencia, al crecimiento y a la comunicación con otros.
2. Las conductas consideradas como “enfermas o locas” son en realidad peticiones de ayuda.
3. Estamos limitados por el conocimiento de nosotros mismos y nuestra habilidad para relacionarnos. La persona “enferma” puede aprender sobre sí misma y modificar su forma de relacionarse creciendo hacia un estado más armónico. Las familias nutricias son mucho más de las que imaginamos, ya que el corazón siempre busca de alguna manera el amor.
¿En qué casos es importante elegir la terapia familiar? En casos de duelos inconclusos, muerte por covid, adicciones, abusos, robos o pérdidas económicas fuertes, varios miembros de la familia se han violentado, peleas por herencias etc.
Es más fácil resolver con un profesional a tratar de hacerlos solos, cuando han existido problemas anteriormente.
La autora es licenciada en Psicología, con maestría en Terapia Gestalt.
Psic.gladys12@gmail.com