Las crisis económicas mundiales
La crisis económica resultante de las medidas de contención de la pandemia, hasta este momento, es de una magnitud que recuerda a otras crisis registradas en el siglo XX, la correspondiente a la Gripe Española de 1918 que se llevó a más de 50 millones de personas, algunos dicen que mil millones, que tuvo una corta consecuencia económica, mezclada con los efectos de la primera gran guerra.
Siguió la Gran Depresión de 1929 y la que se presentó después de la Segunda Guerra Mundial después de 1945, en la primera tuvo un papel muy importante la creación masiva de empleo en obras de infraestructura de parte del Gobierno de EU y en la segunda tuvieron un gran efecto positivo, los apoyos financieros que en su conjunto se denominaron “Plan Marshall”, que inyectaron grandes sumas a las economías emergentes para su reactivación.
Recientemente tuvimos la pandemia de H1N1 y la crisis inmobiliaria de 2008, que registraron algunas consecuencias, pero que al final pasaron, como va a pasar esta también.
En esta crisis, el principal problema es la drástica disminución de ventas, derivada del confinamiento de la mayor parte de la sociedad, lo que se traduce en una falta de liquidez para las empresas, aunado a las medidas de seguridad sanitaria, que se necesitan realizar para que las empresas vuelvan a funcionar y que la gente regrese a los niveles de consumo que tenía antes de la crisis.
En estos momentos la estrategia más importante es la de supervivencia, así que las acciones que realicemos en el corto plazo, son las que tendrán mayor impacto en el resultado final, sin descuidar totalmente los objetivos de mediano y largo plazo.
Algunos autores recomiendan prestar atención a las cuatro fases de la crisis:
Reacción, Rebote, Resiliencia y Reinvención, que representan la lucha directa contra el Covid19 que las empresas deben realizar, si desean encontrar un camino económico y viable, para adaptarnos a la nueva normalidad.
Al analizar los problemas en cada una de las fases mencionadas, se puede diseñar una estrategia que posicione a la empresa, para salir de la mejor manera posible de la crisis y retomar su camino.
REACCIÓN
Es lo que la mayoría de las empresas están haciendo, como proteger el bienestar y salud de colaboradores, clientes y proveedores, definir nuevas políticas de higiene y trabajo, asegurar la continuidad del negocio, reducción de personal o de la jornada laboral, optimización de costos, gestión de liquidez y capital de trabajo a corto plazo, reestructuración financiera en su caso, revisión importante de productos y servicios, así como cambios en las tácticas de ventas.
REBOTE
Esta fase se refiere al inevitable repunte de la demanda, que muchos productos y servicios van a registrar más adelante, lo que hace necesario preparar una estrategia, que será diferente para cada empresa dependiendo de su complejidad, ya que hay que reiniciar cadenas de suministro y promoción de ventas.
RESILIENCIA
La resiliencia económica, se concibe como la capacidad que le permite a una empresa, resistir y adaptarse ante las fuerzas de cambio, dada la incertidumbre sobre el comportamiento de la pandemia, que afectará significativamente la confianza de los consumidores y los empresarios.
REINVENCIÓN
Siguiendo con la fuente consultada, menciona que el primer problema que se nos ha presentado, es la falta de imaginación, se necesita un gran trabajo en equipo de todos los integrantes de la empresa, para pensar profundamente en todas las soluciones, como les mencioné en mi colaboración “Pensamiento de Diseño” anterior, donde hacemos énfasis en el diseño de soluciones ante las crisis.
Hay que recordar que después de las crisis vienen las oportunidades y necesidades, en nuevos negocios y productos, donde los más beneficiados serán los que puedan imaginar ese futuro.
El autor es Ingeniero Químico con Maestría en Dirección de Organizaciones.
Actualmente Consultor Empresarial Financiero asociado a Pontifex S.C.
manuel_agraz@prodigy.net.mx