Las marcas callaron y la ausencia se castiga
En estos cinco meses se ha hablado de manera desmedida de la situación que estamos viviendo, webinars o charlas por Internet van y vienen y estamos empezando a saturarnos de ellos.
Ha iniciado en los consumidores una selección natural de desechar los que no son de alto interés.
Al inicio, algunas firmas decidieron guardar silencio recortando todo lo referente a la comunicación de sus marcas, en una forma de ahorro, o esperar a que las cosas mejoraran; les tengo una lamentable noticia, han perdido una oportunidad de oro y difícilmente en corto plazo lo van a recuperar.
Los consumidores hemos vivido momentos de incertidumbre y miedo ante lo que está frente a nosotros y no logramos entender ni descifrar, sólo escuchamos noticias negativas que hablan del riesgo de nuestra integridad física, económica, mental y familiar, en un momento crucial donde las marcas callaron.
Si volteamos un poco hacia atrás, hace cinco meses nos dieron la noticia que había que irnos a casa y esperar que los contagios de la pandemia no se extendieran.
Entonces nos dedicamos a observar y esperar, empezamos a ver el hogar como algo divertido, donde había que instalar desde una lámpara hasta un cambio de cocina, inventar qué hacer en compañía de nuestros hijos y familiares, pero el tiempo pasó y pasó, los trabajos demandaron tiempo completo por la vía digital y para muchos el tema de la tecnología no era su fuerte y empezaron la frustración y los problemas.
Más adelante vimos con preocupación que personas cercanas a nosotros empezaba a enfermarse o quedarse sin trabajo, y el miedo aumentó y la ansiedad se apoderó de nosotros.
Para algunos la tabla de salvación fue man- tenerse ocupado la mayor parte del tiempo y empezar a reinventarse haciendo cosas distintas, estudiando, creando o innovando.
La realidad nos empezó a caer como balde de agua fría, la economía empezaba a hacer estragos en nuestros hogares y llegó la hora de tomar una decisión, nos quedábamos sentados esperando que “alguien” nos ayudara, o tomábamos al toro por los cuernos e iniciábamos una etapa distinta en nuestras vidas.
Las necesidades cambia- ron radicalmente y lo que en febrero de este año funcionaba, en un instante quedó obsoleto.
Las prioridades empezaron a girar y las etapas de cambio empezaron a ser más cortas, cada mes había algo distinto al anterior.
Y las marcas seguían guardando silencio y cuidando su dinero.
Pero no todos hicieron esto, algunas empresas iniciaron a las dos semanas del “Quédate en Casa” una conversación acorde a los momentos que vivía el consumidor, empezaron a crear empatía por cada una de las etapas que se iban viviendo y fueron ofreciendo poco a poco soluciones prácticas que resolvían las necesidades más apremiantes.
La Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) nos explica que sólo uno de cada 20 restaurantes estaba preparado para dar servicio a domicilio o de ordena y recoja.
Esto va a tener un impacto de un 30% de cierre de restaurantes en México.
Pero no a todos les va mal, hay empresarios visionarios que están reinventando sus negocios y poco a poco van teniendo la respuesta favorable y el regreso de sus clientes.
No todo está perdido y sí hay soluciones, pero como en el futbol, hay que parar un momento el balón, voltear hacia el lado correcto, despejar el área y que siga el partido, hay mucho por hacer.
El autor es Director de Genesia Comunicación Estratégica.
Integrante de la Asociación Sonorense de la Publicidad Aspac.
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