Los cuatro acuerdos
“Los cuatro acuerdos” es una obra que difunde el conocimiento y la filosofía tolteca. Los toltecas eran un pueblo de cultura milenaria del centro de México. Comparable a los aztecas, aunque menos numerosos y también menos conocidos. Eran considerados hombres y mujeres de conocimiento.
Según el autor, las normas establecidas en la sociedad se rigen bajo el mecanismo de recompensa y castigo. Cuando somos pequeños, al cumplir las reglas somos recompensados y cuando las infligimos, somos castigados. Debido al miedo de ser castigados, hacemos lo que los demás quieren por miedo a ser rechazados y actuamos para intentar complacer a los demás hasta que acabamos siendo alguien que no éramos. En definitiva, establecemos unos acuerdos con nosotros mismos y con los demás sobre qué debemos pensar y cómo debemos actuar.
Miguel Ruiz prosigue explicando que hemos establecido miles de acuerdos con otras personas, pero los acuerdos más importantes son los que tomamos con nosotros mismos ya que son el resultado de nuestra personalidad. Debemos romper con esos acuerdos si queremos vivir en felicidad y paz interior.
El primer acuerdo es: “Sé impecable con tus palabras”. Las palabras son uno de los instrumentos más poderosos que tenemos. Con las palabras podemos salvar a alguien, hacerle sentirse bien, transmitirle nuestro apoyo, nuestro amor, nuestra admiración, nuestra aceptación, pero también podemos matar su autoestima, sus esperanzas, condenarle al fracaso, aniquilarle. Incluso con nuestra propia persona: las palabras que verbalizamos o las que pensamos nos están creando cada día. Los tres acuerdos siguientes nacen del primero.
El segundo acuerdo es: “No te tomes nada personalmente”. No debemos tomarnos las palabras cargadas de veneno emocional que nos envían de forma personal ya que corresponden al sistema de creencias de las personas que nos las transmiten. Tomarse las cosas personalmente implica ser presa fácil a los hechizos negativos. Cuando nos tomamos las cosas personalmente nos sentimos ofendidos y sentimos la necesidad de tener la razón. O nos sentimos alagados y sube nuestro orgullo. “Nunca eres responsable de los actos o palabras de las demás personas, sólo de las tuyas propias”.
El tercer acuerdo es: “No haga suposiciones”. Tendemos a hacer suposiciones y a sacar conclusiones sobre todo. El problema es que al hacerlo creemos que lo que suponemos es cierto y montamos una realidad sobre ello. Y no siempre es positiva o está guiada por la confianza o el amor, sino más frecuentemente por el miedo y nuestra propia inseguridad. Por eso es tan importante preguntar para tener una comunicación clara y saber qué queremos nosotros y qué quieren los demás.
El cuarto acuerdo es: “Haz siempre lo mejor que puedas”. Si haces lo máximo que puedes, no te culparás ni te castigarás ya que tendrás la conciencia tranquila. Te entregarás al mundo y lo harás por placer, sin esperar nada a cambio.
Miguel Ruiz nos regala con “Los cuatro acuerdos” un libro no muy extenso y sencillo en cuanto a conceptos pero cargado de sabiduría en cada palabra. Su principal aportación es apuntar que la única razón por la que sufrimos es porque lo hemos escogido ya que siempre podemos escoger entre tener miedo y sufrir o amar y ser felices. Es nuestra elección. Usted, ¿qué piensa?
El autor es presidente de Grameen de la Frontera. Director de Humanidades del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte.
@rafaelroblesf