Motivación = Éxito o Éxito = Motivación
¿Recuerdan haber asistido a una plática motivacional o ver una película biográfica o de ciencia ficción, donde el protagonista, contra todos los obstáculos, logra el éxito?
Donde salías del cine o el salón de conferencias al 1000, con ganas de comerte el mundo, convencido de que podías escalar el Everest, lograr tus metas, es más, se te hacía chiquito ese sueño de perder kilos o correr ese maratón.
Pasaron los días y empezaste a perder gas, te topaste con la realidad y sus obstáculos.
Quisiera comentar este punto; para mí es importantísima la autoestima, en general la necesitamos tener alta, fuerte, pero sobre todo más nuestros hijos, que están aprendiendo a conocerse, a darse sus primeros golpes, fracasos y retos; entonces cómo le ayudo, te preguntarás; muy comúnmente tengo dos tipos de padres, aquéllos que no confían y hablan de los defectos de sus hijos y otros que piensan que son inteligentes y se lo recuerdan, pero no hay buenos resultados.
Te pondré un ejemplo, amanecí muy, pero muy rara, me veía en el espejo y me desconocía; desperté con muchas ganas de hacer ejercicio, no sé si fue la nota que vi en Facebook, la película donde ella conquista el mundo o que el pantalón ya me empezaba a asfixiar.
Le comento a mi amiga, ella se emociona, vamos a inscribirnos al gym, me dice con voz de urgencia, me pone en altavoz a su hijo que tiene años ejercitándose, él nos emociona con su testimonio y cómo cambió su vida.
Vamos al gym y hay un mundo de gente bonita ejercitándose, nos inscribimos más motivadas viendo los cuerpazos, no ocupamos entrenador, su hijo nos dio unas rutinas; empezamos, nos matamos ese día con cuanto aparato vimos, salimos arrastrando los pies.
Debut y despedida.
Sobra decir que amanecimos peor que después de nuestros partos.
Imagínate a tu hijo; por la mañana tú le dices “eres muy inteligente”, “vamos por el 10”, etcétera, llega al salón y tiene un gran temor a participar o disipar las dudas; está rodeado de alumnos que platican, él es auditivo y necesita cierto grado de silencio para concentrarse, el maestro lo sienta hasta atrás por algún motivo, no entendió bien la clase y le dejan tarea de algo que no le quedó claro, está en un círculo fatal… ¿cómo salir de él?
Lo primero que hacemos en el consultorio es saber cómo aprende, cómo debe estudiar, cuál es su canal de comunicación; mi hija es auditiva y ella tiene que estudiar en voz alta, escucharse, explicar lo aprendido, sabiendo esto, la incentivamos a hacerlo.
Habla sola en su cuarto, esto es normal, si lo sabes, no tenderás a callarla, que estudie en silencio (grave error), organizar su plan de trabajo, tener claro cómo califican, qué promedio trae, cuál es su próximo reto, tarea, trabajo, examen, etcétera.
La idea es apoyarla, enseñarle la ruta y cómo debe estudiar y practicar, si logramos que consiga una pequeña meta, subir un pequeño escalón, llega la motivación, esa motivación ubicada, llena de realidad, el niño o joven empieza a creer y levantar sus hombros, su lenguaje corporal cambia... en este punto empezamos el camino al éxito de una manera más real.