¿Por qué sentimos culpa?
Hoy en día, la estructura familiar está muy desequilibrada, desorientada; nos da igual ser madres o padres solteros, dejar a nuestros hijos a cargo de la abuela, iniciar un trámite de divorcio como la única solución, o bien, estar dentro de un matrimonio totalmente tóxico; pero detrás de todo esto están nuestros hijos, lo jóvenes que cada vez inician su consumo de drogas a una temprana edad.
Si tú te identificas con uno de los ejemplos anteriores, no quiere decir que todo está perdido; simplemente debemos de ajustar las circunstancias para obtener el menor daño colateral.
Si eres madre o padre soltero, NO estás haciendo dos papeles al mismo tiempo simplemente abócate a realizar el papel de mamá o papá, según sea el caso, con un esfuerzo redoblado y claro con un toque de lo que la pareja debiera estar realizando; esto con la finalidad de generar ese equilibrio emocional en tu hijo.
Tu hijo siempre deseará en el fondo conocer o tener a su padre o madre, pero si realizamos un trabajo lleno de amor, tiempo de calidad, comprensión y confianza.
Sin embargo, si eres el papá frustrado por no tener pareja, te la llevas enojado porque no aceptas tus circunstancias, le presentas un novio y otro a tus hijos y sobre todo más enfocado en llevártela de antro en antro “buscando pareja o quien mantenga a mis hijos”, estamos cometiendo un grave error y el día de hoy, es el mejor día para hacer un cambio.
Nuestros papás NO deben de hacerse cargo de nuestros hijos; en primer lugar porque nos restamos responsabilidades, son perspectivas muy distintas de crianza o bien porque ya no es su tiempo.
Pero si este es el caso por necesidad, que también es válido, ¿qué podemos hacer?
Utilizar el tiempo con los abuelos única y exclusivamente cuando nosotros estemos trabajando, hacer tareas con ellos, ir a sus partidos a aplaudirles (aunque estemos agotadísimos), platicar con ellos antes de acostarse, y disfrutar juntos los fines de semana.
Suele suceder que caemos en el confort y dejamos todo al cuidado de los abuelos y nos encargamos solo de llevar el sustento económico a casa, pero son nuestros hijos, no de nadie más.
Hoy en día estamos acostumbrándonos socialmente a generar un divorcio al mínimo problema; hay miles de alternativas antes de iniciar estos trámites tan cansados y dolorosos, pero si ves que ya no hay solución y es la única salida, de acuerdo, pero no hay que olvidarnos que también somos padres no solo esposos.
Es tan común tomar a los hijos de “rehenes” para chantajear a la pareja; en verdad es uno de los errores más graves que podemos cometer, les destrozamos el corazón, NO dañas a tu pareja dañas a tu hijo; invito a los que están pasando por estas circunstancias a actuar como adultos maduros que deberíamos ser y no meter a nuestros hijos en asuntos de divorcios, dejar nuestra soberbia, dolor, humillaciones a un lado y por lo menos que el divorcio sea la decisión correcta.
Si en tu matrimonio hay gritos, peleas, golpes y no puedes separarte, tienes una adicción que se llama codependencia y necesitas ayuda en lo inmediato; el 90% de los hijos que tienen un padre codependiente tienen el 100% de probabilidad de desarrollar una adicción.
Nos vemos la próxima semana, no sin antes mencionar que todo esto se los dice una mujer que vivió en una familia tóxica, hija rehén, madre soltera, codependiente y que decidí poner un alto en mi vida y ahora tengo una familia hermosa y un esposo que amo (y no lo encontré en el antro).
Lic. Paola Gutiérrez Clark
La autora es directora general de Clínica Cerma (Clínica de Rehabilitación de Adicciones para Mujeres).