¿Qué tanto conoces sobre las adicciones?
Leyendo el libro de El Ladrón, de Omar Balderrama, me encontré con definiciones muy interesantes en torno a las adicciones.
¿Sabemos cuál es el significado de la palabra ADICTO?
Se origina del latín addictus, que en la época romana se les llamaba así a los esclavos prisioneros de la guerra, cuando eran subastados y entregados a su nuevo amo; eran sus nuevos addictus (significa esclavo de su amo).
En tiempos modernos la palabra adicto si la relacionamos a este origen romano encontramos que es un esclavo.
Ahora bien, el vocablo droga tiene un origen bíblico siendo a través de una palabra griega Pharmakeia que su significado original es “el uso de drogas”; si nos vamos a la Biblia en el Nuevo Testamento su significado se traduce en varias ocasiones como brujería o hechicería; de igual forma el masculino pharmakeus se refiere a una persona que prepara remedios “mágicos”, por lo que si correlacionamos ambos significados tenemos que pharmakon quiere decir una droga; de esta misma palabra se deriva fármaco y por último, ¿cómo le llamaban antes a las farmacias?
Droguerías.
Si somos más específicos, alcohol en árabe significa espíritu.
Por las columnas anteriores en las que les he mencionado que las adicciones son una enfermedad del alma, con esto tenemos que están muy relacionadas a nuestro espíritu/alma.
Si ponemos en Google Significado de la palabra antro, encontraremos una definición por diccionario como: lugar visitado por delincuentes y personas de mala reputación.
¿Te suena la palabra a cuando tu hijo te pide permiso para ir al antro?
Tal vez en tiempos modernos algunos pensarán que soy anticuada, pero si vemos el origen de todo esto podemos ampliar más nuestro panorama para saber en qué sistema se están moviendo nuestros hijos.
No podemos ignorar todos estos significados y si seguimos escudriñando nos daremos cuenta de todos los orígenes de lo que hoy está creciendo cada vez más los casos de DROGADICCIÓN en nuestros hijos.
Si estamos en la ignorancia sobre esto es más fácil que lleguen a nuestra vida, pero si nos mantenemos alertas, informados y con la mentalidad de que a cualquiera nos puede suceder, podremos evitar en mayor medida de lo posible que esta enfermedad invada nuestra familia.
Acércate a grupos de prevención de adicciones, fomenta la espiritualidad y el amor a Dios en tu familia y sobre todo evita ser un padre codependiente.