Salir de la zona de confort

Probablemente todos hemos escuchado hablar de la zona de confort, ese lugar en el que nos sentimos seguros, donde no corremos riesgos, donde todo a nuestro alrededor es conocido, una zona en donde incluso podemos sentir bienestar, pero… ¿es realmente necesario salir de esa zona? Mi respuesta, sin pensarlo más de un segundo, sería: ¡SÍ, ADELANTE!

Hace casi 5 años, en febrero de 2015, tomé una decisión que implicó salir de mi zona de confort y junto conmigo, también mi familia salió de esa zona. Nunca olvidaré aquel día, llegando a casa después de un largo día en la oficina, mi hijo en ese entonces de 9 años, parado en el sillón de la sala, abrió sus brazos y mientras me abrazaba me dijo al oído: “Papi, no quiero irme de Monterrey”.

¿Por qué dejar esa tranquilidad y control que teníamos? ¿Por qué arriesgar y salir de mi zona de confort? Estos años literalmente han sido una montaña rusa, con momentos buenos, pero también momentos difíciles y otros tan complicados que hoy me doy cuenta de que todos esos momentos fueron los que me llevaron a salir de la zona de confort.

Cada paso fue de incertidumbre, con miedos, sin garantías, pero siempre seguro de que no regresaría a la zona de confort, la dejé atrás y no regresaría más. Recuerdo ese momento previo del arranque de una montaña rusa, donde vas subiendo lentamente hasta llegar a la parte más alta, pero sólo unos segundos después eres lanzado al vacío a toda velocidad sin forma de poder detener la caída.

Después de caer tan rápido, aprendí que para regresar a lo más alto tienes que pasar por altas y bajas; todas esas experiencias te ayudarán a que tu próximo viaje en la montaña rusa lo disfrutes más que sufrirlo.

Estoy consciente de que cada día es una nueva montaña rusa que tendrá ascensos y descensos, pero hoy sé que estoy preparado para disfrutar cada uno de esos momentos, aprender y tomar lo mejor de cada situación, aprovecharla y sacarle ventaja para ser mejor.

Hoy quiero agradecer a todas aquellas personas que han confiado en mí, pero sobre todo a aquellas personas que no confiaron en mí, porque gracias a éstas últimas hoy soy una versión mucho mejor de lo que fui.

Hoy en día disfruto mucho lo que hago, formo parte de un equipo exitoso, intento apoyar a todos los que me rodean y puedo asegurarles que no me arrepiento de nada; ha sido la mejor decisión que he tomado, te invito a dar el primer paso para salir de tu zona de confort.

Director de Plataformas Digitales e Innovación

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