Terminar una relación
La pérdida de una pareja es doloroso y es más difícil los primeros días, puede que no entiendas o te resistas a creer que la persona que más amabas ya no estará y no es fácil porque tuviste con esa pareja una historia, pero esta ruptura es un momento para adaptarse a una nueva vida y empezar a dejar atrás lo vivido. Cuando se termina una relación de pareja, pasamos por varias etapas de duelo.
La negación es la primero que vivimos, es donde te cuesta ver lo que pasó, piensas “esto no me puede estar pasando a mí”, “seguramente me buscará”, “no puede ser, mañana se arreglará”. Este sentimiento es una defensa temporal del individuo para aplazar el dolor. La persona empieza a enfrentar amenazas internas y elije no ver, no darse cuenta de la realidad.
La ira. En esta fase se empiezan a manifestar los sentimientos y resentimientos. La persona empieza a querer encontrar un culpable de la situación, “es que ella no me quería”, “seguramente está con otra persona ya”, “siempre me pasa lo mismo”. La ira aparece tras la frustración de las circunstancias, su enojo emerge cuando piensa que ya no hay una solución posible y este enojo se manifiesta de diferentes formas, puede ser con los demás o con ella misma.
La negociación. Esta es la etapa de los “hubiera”, “quizás”, “qué habría pasado si…”. La idea de pensar en lo que pasó te hace pensar en posibles estrategias para poder revertir la situación, puede que aquí se estanquen un tiempo queriendo evitar el término de la relación y se revuelven varias emociones, empiezas a tratar de negociar contigo mismo para encontrar una solución.
Depresión. Cada etapa es difícil, en esta se vive una tristeza profunda y la sensación de vacío. Es posible que no sea diagnosticada por un especialista como enfermedad, pero sí es una etapa de cuidado que los puede llevar a perder la ilusión de la vida.
Aceptación. Tras una pérdida, las personas llegan a esta etapa y de alguna manera el descanso también se manifiesta. No necesariamente se pasa por las etapas de una a una, pero es probable que al llegar a este momento haya pasado un tiempo considerable y ya empieces el proceso de aprendizaje.
En el duelo sólo puedes enfocarte en el momento presente y tomar lo sucedido como una oportunidad, no hay nada vergonzoso en equivocarse, es cambiar el rumbo, incluso aprender a hacerlo diferente la siguiente vez. Sobre todo será una oportunidad de amarte a ti mismo y ya que haya pasado la sanación, ver a la otra persona con gratitud por haberte regalado ese tiempo en tu vida.
La autora es psicóloga.
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